PARQUE BICENTENARIO / Yerros en nombre de los niños

La causa era buena, el móvil fue lo malo. Un grupo de jóvenes recaudaba juguetes para los niños, un muchacho ebrio interfirió y lo agredieron. El Movimiento Naranja, que en realidad buscaba votos, terminó utilizando a Yuawi y a otros niños para sus fines. Todos actuaron en nombre de los niños.

Jóvenes y señoritas que gustan de la música en su género rap, se congregaron bajo un árbol de Laurel la tarde de este domingo, en el Parque Bicentenario de Tuxtla Gutiérrez.

Con bocinas y micrófonos instalados comenzaron a rapear. El contenido no era precisamente pacifista ni benévola como el presunto fin que perseguían: recolectar juguetes para los niños a un día de celebrarse su día este 30 de abril.

Jesús, un joven que iba en estado de ebriedad, al oír las rimas se molestó y decidió interferir. Se metió al grupo y los agredió verbalmente. Uno de los raperos lo golpeó y el joven devolvió la agresión. Otros lo tundieron a golpes.

Jesús, tras ser atendido por paramédicos de Protección Civil Municipal, dijo que estaba molesto porque “esos batos son mal ejemplo para los niños”.

La Policía Municipal acudió y al ver las imágenes en la cámara de un reportero, decidieron actuar. Al pedirle a Jesús que los acompañara para identificar a los agresores, dijo que no. “Nel, ya no quiero nada con esos locos”. Y se fue.

La policía fue al lugar donde los raperos seguían con su función. Unas cinco pelotas de plástico en una red, en el tronco del árbol, apoyaba su afirmación de obra altruista.

Policías realizaron una revisión de rutina a los presentes. A uno le encontraron marihuana y lo llevaron detenido. Los demás siguieron rapeando. Las rimas fueron más agresivas, ahora enfiladas contra los policías.

Cerca de ahí, en la parte alta del parque, el sonido anunciaba “tercera llamada, tercera”. Eran María Elena Orantes y Claudia Trujillo, que arengaban a los presentes, no más de 500,

Tras la participación de la marimba, con Yuawi bailando, el niño indígena que se ha vuelto el referente del Movimiento Naranja con su canción repetida en los spots televisivos de este partido y ahora de la coalición, el menor de nueve años tomó el escenario.

Cantó La Mochila azul (con marimba), luego llegó el mariachi y entonó Guadalajara, El Rey, Sergio el Bailador y por supuesto Movimiento Naranja.

Acompañado de su padre, que le indicaba lo que debía decir y cantar, el pequeño derrochó energía y talento. En un comercial, pidió que le compraran sus artesanías “para pagar mi escuela y viáticos”, dijo.

Esta expresión despertó a los presentes y a los medios a la realidad. La diputada María Elena Orantes que según reprueba la explotación o trabajo infantil, esta vez lo estaba fomentando. Y al parecer mal pagado y peor aún, sin pagarle al niño por su trabajo.

Y al ver que no hubo convocatoria para el evento político, no tuvo más remedio que decir que “fue un evento por el día del niño”, aunque nunca se vio una lona alusiva a este día, sino los nombres de los candidatos y candidatas de ese partido.

Así, al final del día, Jesús terminó golpeado por interferir la participación de los raperos. En nombre de los niños, Jesús agredió. En nombre de los niños los raperos hicieron una colecta, pero utilizando rimas agresivas. Y María Elena Orantes, en nombre de los niños, hizo trabajar a otro explotando su imagen y promoviendo su candidatura.

La causa era buena, el móvil fue lo malo.