La mujer mira la boleta que el agente de Tránsito Municipal dejó sobre el parabrisas de su auto y estalla en cólera.
- ¿Y a ellos por qué no les hacen nada?
Su grito, cargado de ira, se pierde entre el bullicio de la transitada 1a. Sur de la capital chiapaneca. Personas van y vienen. Se oye música en los negocios cual canto de sirenas que buscan atraer a los "marineros". A nadie parece importarle el coraje de la mujer que mira incrédula una y otra vez la boleta de infracción.
Observa su auto estacionado. Lo dejó tan solo unos minutos mientras fue a realizar un mandado. Consideró que no pasaría nada.., pero pasó.
La celosa agente de Tránsito Municipal, Micaela Ordóñez Ortiz, con número de orden 60442, hizo su recorrido y detectó que el auto no tenía el ticket de pago por el derecho de estacionarse en el área de parquímetro, sobre la 1a. Sur entre Calle Central y 1a Poniente.
Por ello, sin dilación, Micaela elaboró la boleta de infracción número 090326, con base en el artículo 69 fracción XII del Reglamento de Tránsito Municipal vigente en Tuxtla Gutiérrez, que a la letra dice: "Por no cubrir el pago del parquímetro".
Colocó la boleta sobre el parabrisas y se alejó sabedora de la reacción humana. Antes, tomó foto del auto para ampararse en su acción.
La automovilista entendió que se ganó la multa, pero su ira y exclamación se basó en la escena que sus ojos contemplaron a escasos 30 metros: Sobre la 1a. Sur, entre Calle Central y 1a Oriente, frente al Congreso del estado, un grupo de indígenas bloqueaba la vía impunemente, desde hace dos días.
- ¡Osea, es ilógico que a nosotros sí nos infraccionen y a ellos no!
Una cosa no justifica la otra; sin embargo la mujer tiene razón. La ley debe ser aplicada imparcialmente. La tolerancia a veces engendra impunidad y deriva en injusticia, que contagiada a gran escala puede derivar en sublevación, rebelión, ingobernabilidad.
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