TUXTLA / Inspector municipal se ensaña con un niño

* Hay un acuerdo verbal de no quitar mercancía cuando el vendedor ambulante se esté moviendo o despachando. El fiscal incumplió el pacto.

El niño llora. Está asustado y a la vez dolido por todo lo que el calvario diario implica para él. Como vendedor ambulante - obligado por las circunstancias- debe cargar todo el día el peso de la mercancía y huir de los fiscales. Detenerse un momento a vender implica sufrir lo que hoy padeció. Le quitaron su venta.

"Con mi carnalito no te metas wey, en buen plan" le repite el joven a uno de los inspectores municipales que están al otro lado de la 5a Sur. El joven enardecido le apunta con la mano derecha al fiscal que le contesta "mejor cálmate". " Cuando gustes, a puño limpio" le revira el vendedor ambulante. "Con mi carnalito no te metas, ¿sale?".

Policías y fiscales andan desesperados por quitar mercancías. Van y vienen en el primer cuadro de la ciudad capital. Los ambulantes huyen. A veces se topan, cruzan miradas y palabras. Sonrisas. Algunos son conocidos, amigos, pero hoy los divide la situación. Están en bandos contrarios

"Son lagartos y gandallas vos. Querés un tu pavo te lo doy pero no frieguen pue", le dice un joven indígena a un inspector que es su amigo al toparse sobre la Calle Central entre 4a y 5a Sur.

El sol es intenso, como el operativo, como la ansiedad de Jorge Alexis Zuart Córdova por ser ratificado en la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, por lo cual ordena detener e infraccionar a diestra y siniestra.

Los policías buscan la sombra, se detienen, son humanos y se cansan. Los ambulantes hacen lo mismo. Una leve tregua.

Los ánimos se calmaron por el momento. Fumaron la pipa de la paz, mientras nadie incumpla el pacto verbal signado entrambos.