lunes, 1 de septiembre de 2025

CHIAPAS / Septiembre, mes de sentimientos encontrados

Felicidad por las fiestas patrias, tristeza por los seres amados que se fueron en un mes como hoy



Abrió la gaveta, sacó la banderita guardada el año pasado, abrió el cofre de su vehículo y colocó la pequeña bandera tricolor. Mientras lo hacía, lanzó un suspiro profundo y a su mente acudieron las escenas que provocaron sentimientos encontrados en su corazón: Vibrará por las fiestas patrias de septiembre, pero también llorará por tristes recuerdos que le trae este mes.


Con mano temblorosa abrió la gaveta, donde el año pasado guardó la pequeña bandera de México. Es que llegó septiembre y él, como buen mexicano, celebra el mes patrio colocando siempre una banderita de México en su coche, y otro en la azotea de su casa.



Hoy fue a comprar la despensa semanal a Tienda Amiga. Observó al vendedor triste, porque un sólo cliente llegó a preguntarle y no le compró nada. Pudo escuchar y ver cuando el vendedor, amablemente y con paciencia, le explicaba los costos de cada producto exhibido.


La bandera número 12, la más grande por el momento, está en $500, la número 14 cuesta 600, llegará mañana. La que él compró para su coche cuesta 75 pesos. El año pasado estaba en 50; la inflación se nota, $25 de un año a otro el mismo producto.


Quizá sea por eso o por otras cuestiones que el vendedor de artículos alusivos a la independencia de México no ha tenido mucho éxito. En el pequeño local ubicado justo a la entrada de Tienda Amiga, el vendedor, vestido con una playera verde, como buen mexicano, voltea hacia un lado y otro esperando clientes. Tiene en venta banderas de distintos tamaños, cornetas, vestidos regionales, sombreros, gorras, paliacates... todos con los colores verde, blanco y rojo. Algunos con el águila incluida. Lo que más llevan son las banderitas pequeñas, por el costo y porque son los que más se lucen en los coches o incluso en las motocicletas.



El no compró hoy, tenía guardada una del año pasado, se conservaba en buen estado, sólo la usó un mes, durante septiembre; el 1 de octubre la retiró.


Hoy, colocar la bandera en el cofre de su vehículo le costó más de 30 minutos. La movía de un lado a otro y no lograba quedar. Mientras lo hacía, lanzaba suspiros profundos.


A su mente acudieron las escenas cuando acudió el 13 de septiembre al evento de los Niños Héroes en el Parque del Oriente y pudo estar cerca del general de la VII Región Militar y del mismo gobernador. Trabajaba en el Gobierno del Estado y tenía estas facilidades de ingresar a cada evento. Hoy ya no trabaja más en la burocracia.


Recordó también el evento por la celebración de la Federación de Chiapas a México, el 14 de septiembre. Le tocó estar en el parque Bicentenario viendo ondear la bandera enorme y observar las dos imágenes que recuerdan la mexicanidad chiapaneca.


Recordó, por supuesto, la noche del grito de independencia al cual pudo acudir durante 6 años en el sexenio pasado, en la plancha del Zócalo capitalino y le tocó estar una vez adentro del Palacio de Gobierno. Eso no lo puede olvidar. En su mente revivieron las escenas de la pirotecnia con la frase ¡viva México! ¡viva Chiapas! Esta vez probablemente vaya como uno más de los que estén en la plancha del Parque Central.



Por supuesto recordó el desfile del 16 de septiembre, como espectador en la Avenida Central de Tuxtla Gutiérrez, y  también como participante.


Como participante, cuando de niño estudiando la primaria en su natal Copainalá, participó aquel 16 de septiembre de 1981. Recordó a su padre observándolo orgulloso desde la orilla de la calle, y él con su uniforme todo blanco, salpicado por el lodo de ese día... había llovido.


Y a su mente llegó el fatídico 17 de septiembre, cuando un día después del desfile, su padre se fue al trabajo y ya no regresó vivo: falleció en un accidente automovilístico. Hoy le duele evocar ese 17 de septiembre de 1981.



Con mano temblorosa coloco por fin la bandera en el cofre de su vehículo, se metió a su casa y se limpió una discreta lágrima que había rodado en su mejilla. Su esposa lo observó y le dijo "¿todo bien?", y él le dijo "todo bien, no te preocupes".


Septiembre será un mes de felicidad por las fiestas patrias, de tristeza por los seres amados que se fueron en un mes como hoy, quizá por el terremoto, que acabo con los seres queridos y algunos bienes. Septiembre es un mes de sentimientos encontrados.

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