AYUDEMOS / Adelita mejora, pero la ayuda se agota. Gracias a @Paty_Conde y a @TuxtlaDIF por su donativo.

De muchos corazones tocados, solo tres manos se abrieron para dar. Adelita recibió su silla de ruedas, una dotación de pañales desechables y un poco de alimento. Lo primero permanece, lo último se acabó. Se ruega por nueva ayuda, por favor.

Adela Castillo, de 85 años de edad, sufrió un derrame cerebral que la mantiene inmóvil en cama. Una pareja cuida amablemente de ella: la bañan, cambian su pañal, alimentan y dan masajes.

Aunque Adelita no ha recuperado la movilidad, ha mejorado un poco. Ya puede hablar y parcialmente reconoce a las personas  con quienes convivía antes del trance agudo.

El nombre que a menudo pronuncia Adelita es el de José Luis, incluso llama así a los hombres que la visitan de vez en cuando para llevarle algo de alimento.

Es José Luis junto a su esposa Edith que se hacen cargo por el momento de Adelita, pero ellos son de muy escasos recursos.

Tras la publicación de esta nota, hubo respuesta. La diputada Patricia del Carmen Conde Ruiz donó una silla de ruedas nueva. El DIF Municipal dotó pañales para adultos.

Lamentablemente el apoyo del Amanecer que Adelita recibía le fue cancelado porque no tuvo cómo ser llevada antes de tener la silla de ruedas y porque vive en lo alto. Nadie pudo bajarla.

Adelita es oriunda de Ixhuatán, Chiapas, pero radicada en Tuxtla Gutiérrez desde hace 45 años.

De joven fue maestra de tejido y repostería en el DIF de su municipio. De eso, solo queda el recuerdo.

Hasta hace poco costuraba para ganarse la vida, tejía servilletas para tortillas, fundas de almohada. Pero sus débiles manos perdieron fuerza y habilidad. Sus temblorosos pies se fatigaron de tanto caminar por las calles de la capital en busca de botes (PET) y aluminio para vender.

El año pasado, un grupo de mujeres piadosas la visitaba, le llevaban ayuda. Pero Adelita se cambió de casa, orillada por el hostigamiento de su vecina envidiosa. Y la ayuda se diluyó.

Y en su nuevo domicilio, donde siguió el maltrato por parte de inquilinos, la octogenaria sufrió el derrame cerebral que la dejó inmovilizada.

Aunque se casó, Adelita nunca tuvo hijos. Su esposo la abandonó. Es la gente de buen corazón en una iglesia cercana que conoce a Adelita desde hace años, que la visitan para darle un poco de apoyo.

Tú y yo podemos sumarnos con un granito de arena. Adelita sigue orando por ayuda. Necesita más pañales para adultos, toallitas húmedas, detergente para lavar la ropa de cama  o de su cuerpo que mancha al no poder ir al baño. Respondamos con amor.

PARA AYUDAR

Visitarla en la calle Pensil número 184 A, entre avenidas 1o de Mayo y Tuxtla, colonia Bienestar Social. Llamar previamente a Edith Matías Rodríguez, al 9611430226.