TUXTLA/ De la ilusión a la desilusión en IMSS 5 de Mayo

La expectativa se tornó chasco. Esperaban domo y les salieron con un muro.

De la ilusión pasaron a la desilusión, la expectativa se tornó chasco y ahora lo que parecía un dulce sabor en la boca se volvió amargo en el vientre para los derechohabientes y familiares de los enfermos internados en el Hospital General de Zona número 2 IMSS 5 de Mayo, en Tuxtla Gutiérrez.

Con el encierro, creyeron que la obra sería un domo. Lo esperaban, lo soñaba, lo necesitaban, pero es un simple muro el que se está haciendo.

"Aunque sea de ayudante, por favor", dice el hombre de la tercera edad. Carga un morralito donde lleva una cuchara, plexómetro y una plomada. Es un albañil en busca de trabajo, en Tuxtla Gutiérrez. Detiene sus pasos sobre la 11 Oriente Norte frente al IMSS 5 de Mayo. Mira el encierro con triplay y plástico negro, es una obra. Se alegra, se ilusiona con la idea que allí encontrará trabajo, así que habla a uno de los dos trabajadores.

El que se supone es el encargado, lejano, apático, indiferente no contesta, no da información al reportero que se la pide, no atiende al albañil necesitado de trabajo. Es uno de los ayudantes quien se las da de ingeniero encargado de la obra y llega para decirle al albañil "espéreme tantito, ahorita le digo".

La espera se prolonga y regresa el ayudante. Como un buen político le da vueltas al asunto, ni le dice no, ni le dice sí al albañil desesperado. "¿Entonces vengo mañana para un tramo?". El ayudante dice nuevamente "espéreme lo voy a ver".

La ilusión del albañil desempleado es la misma que compartieron decenas de personas cuando los movieron del lugar donde pasan la noche y los días, esperando noticias de sus familiares internados.

Primero se podó el árbol que les daba sombra y cobijo de la lluvia. Luego los desalojaron para encerrar el sitio con la promesa de una obra. Todos, desde afuera, esperaban que la obra fuera un domo: es lo que necesitan, ha sido el clamor desde hace mucho tiempo porque allí afuera es donde duermen, donde esperan noticias. Algunos afortunados se meten al pequeño cajero automático que está en el lugar. Cuando llueve, la mayoría tiene que pasar la noche parado bajo las marquesinas de las casas o comercios aledaños.

Por eso es que urge un domo, por eso es que muchos se ilusionaron con la obra inicial. Ahora que ya se quitaron las maderas y se vio en lo que consiste la obra, se cayó la venda de los ojos, hubo decepción y chasco: es un simple muro con más herrería metálica lo que están construyendo. Eso no beneficia en nada, sin embargo el anuncio colocado afuera dice "trabajamos por tu seguridad". "No es ese tipo de seguridad lo que necesitamos, es un domo que nos proteja lo que urge", coinciden los derechohabientes.