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jueves, 2 de noviembre de 2023

TUXTLA  "Sabemos dónde nacemos, pero no dónde vamos a quedar":  Macario "P"


"Sabemos dónde nacemos, pero no dónde vamos a quedar", dice Macario, un poblano radicado en Chiapas desde hace 50 años. Se siente chiapaneco, habla como chiapaneco... todos sus hijos son chiapanecos. Hoy visitó la tumba de sus padres, le dio una limpieza y lo arregló con flores. Como Macario aproximadamente 20,000 personas llegaron este 2 de noviembre al panteón jardín San Marcos y unas 60,000 al Panteón Municipal de Tuxtla Gutiérrez con motivo del Día de Muertos. 

Mientras observa al joven que talla con fuerza el piso lleno de mugre pegada, Macario se aferra a uno de los barrotes de herrería que encierran los dos lotes donde descansan sus padres. Se encuentra a la entrada oriente del panteón jardín San Marcos en la colonia el Salvador de Tuxtla Gutiérrez. 

Las rejas son porque fue víctima de la delincuencia, le robaron varios accesorios de las tumbas de sus padres. "Fueron los mismos que se dedican a cavar tumbas", dice Macario, porque "se vengaron", eso ocurrió hace 25 años, pero aún en algunos camposantos se lleva a cabo el robo de accesorios; ni los muertos se salvan de la inseguridad, dice. 


Cerca de allí, en otra tumba sin lápida, sin bóveda, cinco jóvenes sentados visten uniforme escolar: su camisa dice Infa, estudian Criminalística en la Universidad Infa ubicada sobre el libramiento Sur oriente de la capital chiapaneca. 

Acompañan a su amiga varios. Carola es la más extrovertida, Erick su amigo también jovial, pero ella, que omite su nombre, es callada. Dice que es ella quien llegó a visitar la tumba de su hermanito, murió de 8 años de edad en un accidente, explica, y sus ojos se llenan de lágrimas. Se agacha y no quiere decir más, rehusa dar entrevista, no tendría la fuerza para hablar de ese momento trágico cuando su hermanito partió de este mundo. 

Aún así, con ese dolor tremendo que han sufrido por la pérdida de un ser querido, ellos tienen que estudiar para en un futuro no muy lejano ser peritos forenses. Tal vez tendrán que acudir a lugares donde hay accidentes, donde hayan personas muertas y tendrán que hacerlo como parte de su trabajo mientras en el fondo de su corazón su alma se hace pedazos por la emoción y el sentimiento. 

En otra tumba cercana a la de este niño, una señora de la tercera edad, su hija y su nieta se disponen a retirarse. Ya colocaron las flores sobre la tumba pintada de blanco. La tumba luce hermosa por fuera, pero por dentro es fría, oscura, tenebrosa, lúgubre y nadie quisiera estar allí. Por eso la señora, su hija y su nieta se cuidan: llevaron un repelente y se lo aplican sobre su piel para ahuyentar los mosquitos. "Hay algunos", dice, "por los árboles, aunque no está lloviendo, aunque han fumigado los zancudos proliferan y pueden transmitir el terrible dengue", que en caso de ser hemorrágico podría ser mortal y nadie quiere morir, menos en el Día de Muertos. 


Los cierres viales comenzaron desde el martes 31 de octubre. A mediodía se cerró la avenida Concretera de la colonia El Salvador. Los agentes de Tránsito Municipal instalaron el cierre colocando una patrulla y transitambos; imposible circular con vehículos sobre la avenida que conecta al panteón Jardín San Marcos. La única opción es ingresar por la calle Halcón de la colonia Los Pájaros, llegar a la Concretera y salir de oriente a poniente hacia la calle Tucanes y al libramiento Sur. 

Para estacionarse puede hacerlo sobre las calles aledañas al panteón, es decir sobre la calle Tucanes, Aguilas, Colibrí, Halcón, Canarios, entre otros. Los locales comerciales ya están instalados hacia ambos lados de la vía: ofrecen coronas de flores naturales o de plástico o de papel crepé, flores naturales con precios moderados por el momento, quizás este 2 se disparen aún más. 

También hay venta de comidas y en algunos locales, fuera del panteón, expenden bebidas alcohólicas. Una mujer de la tercera edad acompañada de una adolescente, al parecer su nieta, avanzan con paso lento. Ya casi cae la tarde en el camposanto, el viento frío vaticina lluvia. Y así como cae la tarde en la vida de ella, de Macario y de otras personas que ya pintan canas, llega el invierno llega el otoño, llega la tarde, el ocaso a la vida cómo llega al día mismo. 

Macario lo sabe, lo entiende, lo razona y lo acepta. Aferrado, una vez más, a la reja que cubre la tumba de sus padres se maravilla por el avance de la tecnología. Lo hemos entrevistado durante una transmisión en vivo y asegura que la herramienta del internet fue bien utilizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha puesto en su lugar a los detractores y opositores como Felipe Calderón y  Vicente Fox. "No tienen llenadera", dice Macario. 

"Es increíble, robaron mucho dinero y aún quieren más, no se sacian", dice Macario. Y recuerda las palabras del sabio Salomón quien dice que hay cuatro cosas en la vida que no se sacian, que no saben decir ya basta. Una de ellas la matriz de una mujer estéril; dos:  los ojos del ser humano. Tres: la tumba, el sepulcro (y voltea a ver varios de los que nos rodean) y finalmente el corazón de un hombre avaro, codicioso. Calderón y Fox son avaros, codiciosos, no tienen llenadera, dice Macario. 

"¿Y por qué será que el ser humano es así?", pregunta, "¿por qué si tiene dinero vive insatisfecho y quiere más? ¿por qué algunos son tontos que tienen mujeres bonitas y andan buscando otra?, ¿por qué el que tiene un carro nuevo quiere estrenar el siguiente que saldrá de la agencia? Y él mismo se contesta:" el problema no está afuera sino adentro, reside en el corazón del hombre que tiene un vacío que no puede ser llenado con ninguna cosa material, por más que tenga, no tiene paz", dice. Requiere, pues, encontrar la paz y no la hallarán en las cosas materiales. 


Macario tiene razón y como Macario al menos algunos más están reflexivos, meditabundos en este día. Es tiempo de reflexión porque el ser humano corre como caballo desbocado tras las cosas materiales, aun a sabiendas de que esto es efímero, temporal, hoy sí mañana no, que todo se queda y que nada nos llevaremos, y nadie sabe para quién trabaja, dice Macario. 

Por ello él vive una vida tranquila, feliz con lo que tiene, satisfecho con lo que ha logrado, disfruta su familia, a sus hijos y trata de inculcarles principios y valores: hacer de ellos hombres y mujeres de bien, que no dañen a la sociedad. Macario comulga con morena, con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Estaba harto de los latrocinios del PRI y del PAN, dice él. 

"Poli dame chance porfa, voy a dejar un pedido", dice un motociclista de Didi food. El agente de Tránsito Municipal voltea hacia ambos lados y le franquea el paso. Momentos antes otro motociclista cobrador colombiano, intentó entrar y a él le negó el paso, le dijo que vaya a dar vuelta. Refunfuñando el colombiano acató la orden y se fue a dar vuelta por La Misión. 

Taxistas y colectiveros quisieron también romper el cerco y circular por la avenida Concretera, no lo consiguieron. "Me van a regañar si me miran y también usted se va a meter en problemas", le decía a la gente  el oficial. Así, fue firme con unos y flexible con otros. Es que aplicó su criterio, concluye el oficial. 

La charla concluye. Me despido de Macario quien nos desea bendiciones y nos recuerda que "todos sabemos dónde nacemos, pero no sabemos dónde quedaremos", refiriéndose a la muerte.

 

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