CHIAPAS / Menos odio, más amor

Algunos agredieron física o verbalmente a los peregrinos, por manifestar su fe y devoción.

"Dios es amor, no tiene fronteras ni religión", le dice Richard a su amigo Alex, que está sorprendido por la madurez que el primero muestra, al referirse con respeto y hasta fervor hacia los peregrinos. Alex es católico, Richard es evangélico, pero ambos mantienen una amistad por encima de sus credos. Este día, lamentablemente, hubo enconos, odios hacia quienes solamente muestran su fe, su devoción, desdeñando el cansancio, el hambre, el frío o el calor. Más amor, menos odio es lo que el mundo necesita. 

En el marco del 60 aniversario de la magna peregrinación que parte de Villaflores, más de 5000 peregrinos se alistaron física, mental y espiritualmente. 

Salieron el día 10 de diciembre de la Frailesca, realizaron algunas escalas y descansos. A veces caminaron en la fría madrugada, siempre encomendándose a Dios, pues no falta algún automovilista atrabancado que no respete a los peregrinos ni a su fe. Eran acompañados por paramédicos, por si alguna incidencia ocurría.

Todo iba bien. Este 12 de diciembre en la madrugada, acamparon y descansaron en la Villa de Guadalupe de El Jobo. Era la última parada antes de enfilar hacia Tuxtla Gutiérrez.

Finalmente salieron de El Jobo, y cuando avanzaban hacia Copoya, ocurrió lo inesperado: un automovilista, en presunto estado de ebriedad, lleno de coraje contra los peregrinos, avanzó a pesar de que no debía hacerlo, y en su trayecto atropelló a una niña familiar de uno de los peregrinos.

Algunos pedían que bajaran al automovilista y que lo lincharan, otros pedían cordura y tranquilidad: "no hermanos, no hagan eso, no se comprometan", decía alguien.

Había molestia por la conducta de este hombre que no respetó su fe ni su manifestación. Querían cobrarse por propia mano, pero otros mostraron amor y perdón, esperaron a que la autoridad llegara y lo llevaran detenido.

Cuando el hombre fue bajado de su vehículo, algunos le lanzaron golpes en la espalda y la cabeza, muestra de odio, pero eran los menos, la mayoría fue respetuoso con él y con la ley.

Cuando el grupo de peregrinos llegó a la Avenida Central, en el parque había muchas personas esperando la peregrinación. Una familia que esperaba a los peregrinos de Revolución Mexicana, sufrió un accidente: uno de los cohetes lanzados por los coheteros de la magna peregrinación, en vez de subir se fue horizontalmente, llegó a los pies de la familia, estalló y le quemó el zapato.

Paramédicos corrieron para auxiliar a las personas que estaban molestas, enojadas contra los peregrinos de Villaflores. Aún entre hermanos a veces hay división, roces y rencillas.

Pero hubo sensatez y prevaleció el amor, la humildad y el perdón, por encima de las diferencias.

En otros tramos también hubo insultos, agresiones verbales a los peregrinos. En algunos grupos de WhatsApp no fue la excepción, se refirieron de forma denostativa hacia los peregrinos, otros hicieron memes. Aprovecharon, pues, la ocasión para sacar su lado más oscuro.

Pero también hubo actos de amor, como el mostrado en la entrada de Copoya, donde una familia de evangélicos regaló comida y agua a las peregrinas que hicieron un alto en el lugar. 

"Tú eres como mi jefa", le dijo Alex a Richard. "Ella es católica, pero respeta mucho a las otras religiones, tiene muchas amigas de otra religión, pero las invita a comer hojuelas o tamales, y ella va a las reuniones de protestantes, cuando la invitan. 

Tú eres igual, amigo. Y eso es de admirarse, porque muchos evangélicos odian a los católicos y eso es lamentable", dijo Alex.

Richard lamentó también que así sea, y le dijo a Alex: "Tú eres mi hermano, tienes mi amistad y mi admiración. Sabes, Dios no tiene religión; Dios es amor, y el amor no tiene fronteras". Más amor, menos odio, es lo que necesitamos.