Salieron de Cintalapa y se dirigen a Comitán. Son jóvenes, fuertes y fieles a sus principios aprendidos desde niños. Se sobrepusieron al hambre, a la sed, fríos, calor y cansancio. Son devotos peregrinos.
Ataviados con la ropa de manta, con huaraches, una bandera mexicana y una antorcha, partieron de casa el domingo 3 de diciembre, con la bendición de sus padres y de sus hermanos de la iglesia.
En sus mochilas llevaban ropa para el frío y en sus corazones la antorcha de la fe.
Este miércoles al mediodía llegaron a Tuxtla Gutiérrez. NO pasaron a la parroquia de Guadalupe, en cambio detuvieron sus p pasos en la capilla Jesucristo Rey del Universo, de la colonia Los Ranchos.
Cuando algunos testigos vieron que los jóvenes enfilaban a la carretera que conduce a la Zona de Tolerancia, los juzgaron mal y prejuiciados pensaron que iban allá.
La verdad es que sus mentes y espíritus estaban en otra meta, visitar el templo para matar el deseo de la carne y vivificar el espíritu.
Al llegar, los jóvenes se quitaron los sombreros con reverencia y se arrodillaron.
Tras meditar dos horas, se levantaron y siguieron su camino. Prevén llegar el 12 de diciembre a Comitán.
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Comprometidos con la verdad, listos para ser oídos, ojos y boca de la sociedad. Espacio para señalar lo malo y reconocer lo bueno.
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