AYÚDALOS / Gloria vive un “infierno”

• La menor está en la cama 306 del Hospital Pediátrico, urgida de plaquetas y unidades de sangre, afectada por una  anemia aplásica adquirida. Su padre ya debe mucho en el banco del nosocomio y necesita donadores.

Al joven padre no le importa que la gente a su alrededor y que el policía privado del Hospital Pediátrico lo vean llorar. Llora hasta estremecerse de pies a cabeza, literalmente. Antonio está desesperado y no esconde su pesar, su angustia. Su hija Gloria Margarita, de 13 años, requiere urgentemente de plaquetas y unidades de sangre para seguir con vida.

Su voz con acento indígena suena triste, angustiada, a través del teléfono. Luego al charlar en persona con él, la sombra del dolor se detiene sobre su mirada y sus ojos enrojecen. Las lágrimas asoman abundantes como intentado lavar el alma atribulada de Antonio López Hernández.

Cuando su bebé nació hace 13 años, un 1 de abril del 2005, Antonio fue el hombre más feliz de la tierra. A su pequeña la registró con el nombre de Gloria Margarita López Ruiz.

Gloria “creció normal, estudiaba y jugaba como todos”, cuenta el padre. La menor comenzó a ponerse mal a los 12 años, justo cuando salió de sexto grado e ingresó a la secundaria.

“Iba bien, en primer lugar, puros dieces en su examen. Le gusta la escuela, no le importaba caminar una hora diaria de ida y otra hora de regreso. También jugaba futbol. Se veía muy sana. Pero de golpe le vino su mal”, agrega el atribulado padre de Gloria.

La familia López Ruiz radica en el ejido Avianal municipio de Ocosingo, en plena selva.

Desde allí salieron papá e hija el 24 de enero del 2018, para venir por primera vez al hospital pediátrico. Gloria permaneció dos meses completos y fue dada de alta el 23 de marzo del mismo año.

Acudieron a otra cita el 19 de abril y la más reciente el pasado 17 de mayo. Gloria se volvió a quedar internada. El análisis  practicado a la menor arrojó que están muy bajas  sus plaquetas.

“Dice el doctor que tiene 3.0 de hemoglobina y plaquetas 7 mil”, revela Antonio, parado literalmente afuera del hospital, pero a punto de derrumbarse emocionalmente por la crisis de salud, de unidades de sangre y de recursos económicos.

“Debe 10 plaquetas y ya no me quieren dar, dicen que debo reponer primero lo que debo, de sangre ya gastó mi hija 7 unidades.  Urgen tres unidades para hoy. Estoy solo, por que mi poca familia vive lejos y no tenemos dinero ni para el pasaje”, explica Antonio mientras agrega que trabaja en el campo.

“Los doctores dicen que mi hija necesita ‘toneladas’ de plaquetas y no tengo nada, ni dinero para comprar ni conocidos para donadores. Ni siquiera yo puedo donar porque tengo muelas picadas”, dice y suelta el llanto.

Es que se siente impotente cuando Gloria le ruega con mirada lastimera y voz feble: “papito, apúrate a conseguir las plaquetas, me siento muy débil y mal”. Antonio se hunde en las arenas movedizas de la impotencia al ver cómo la llama de la vida de su pequeña se apaga poco a poco.

Gloria fue diagnosticada con anemia aplásica adquirida. Es una enfermedad infrecuente, pero de riesgo vital. La incidencia es de 2 casos por millón de habitantes. Es una insuficiencia de la médula ósea para producir suficientes células sanguíneas y todos los tipos de estas células resultan afectados.

Antonio ignora la causa, pero sufre las consecuencias. en casa, en el corazón de la selva, quedaron su esposa y su bebé de dos meses. Esperan verlos volver con bien. Urge una mano amiga para Gloria y su acongojado padre.