AYÚDALOS / Hijos sin actas; casa sin pared ni puertas

• María del Carmen Hernández Hernández teme que sus hijos no tengan identidad: teme también no tener protección en su galera
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María sobrevive con seis de sus 10 hijos, en una galera sin pared, sin puertas, sin agua potable, sin drenaje y con techo que permite el paso de la lluvia en la colonia Tziqueté. Pero lo que más le preocupa no es eso, sino que sus cuatro hijos más pequeños no tienen actas de nacimiento y no pueden ir a la escuela. Espera una mano amiga.

María del Carmen Hernández Hernández tiene 38 años de edad. A pesar de su juventud, ya es madre de 10 hijos. “Tengo dos solteros y dos casadas de mi primer pareja”, dice sonriente, pero su sonrisa no oculta su pesar.

Su primer esposo primero partió de la casa y luego de este mundo. Con mucho esfuerzo María sacó adelante a sus muchachos.

Tratando de hallar un mejor presente formó un nuevo hogar con una segunda pareja, de los que nacieron seis hijos. Los más pequeños son Kevin Alexis Castillejos Hernández (9 años), Martha Julia (7),  Vladimir (4) y Valentina (2). “Les pongo el apellido de mi esposo y mío, pero no están asentados”, dice otra vez sonriente, pero esta vez muy triste mientras mira a sus pequeños que escuchan atentos el diálogo.

María sabe que sin el acta de nacimiento sus hijos tendrán dificultad posterior para estudiar y para otros trámites.

Sabiendo que la “vida no la tenemos comprada, pues mis hijos deben tener sus papeles, pero cuesta mucho y no he podido”, dice.

Es que lo poco que gana su esposo medio alcanza para mantener a la numerosa familia y lo que queda es para escriturar el predio que le dejó su padre al morir.  “Murieron mis padres y el terreno quedó intestado”, explica María.

En el pequeño lote heredado, María construyó una pequeña galera sin pared, sin puertas, con techos de lámina cuyas goteras no les permiten dormir tranquilos en la noche.

Esa vez del temblor (septiembre del 2017) y en este tiempo de lluvia, hago una zanja porque la corriente pasa en medio de donde estamos durmiendo”, explica María.

La mujer no se intimida ante la adversidad, sabe trabajar. Lo ha hecho desde pequeña, dice, pues luego de  casarse a los 15 años y que su esposo la dejara cuando su hija mayor (ahora de 22 y casada, tenía seis) ella trabajó. “Mi mamá me cuidaba mis hijos”, dice.

sin embargo hay asuntos que aun trabajando no se logran superar, como el registro de sus hijos, como la falta de pared, puertas y techo en su galera, como la ausencia de un tinaco, de agua potable y drenaje.

“Junto el agua de la lluvia y de eso bebemos”, dice. Ellos se ponen felices cuando llueve. También tiene miedo por la inseguridad en la colonia, por eso tiene varios perros bravos.

María recibió una despensa del DIF Municipal y la promesa de ayuda para tramitar el registro de sus hijos. Está feliz con el ofrecimiento, pero de todas formas espera que si alguien quiere y puede ayudar con ropa para sus hijos, láminas para su techo, o material (madera) para su pared, se los agradecerá mucho.

Le preocupa estar incomunicada, no tiene celular y no hay señal en la colonia alejada de la capital chiapaneca.