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viernes, 25 de enero de 2019

Código Nucú / César Trujillo... Delegado de Transporte de la Fraylesca, desestabilizador

En Chiapas, la Secretaría del Transporte tiene en algunos de sus delegados el peor enemigo. En lugar de ser mediadores de conflictos, de actuar como interlocutores y buscar “apagar” los problemas para que éstos no lleguen a botepronto a la capital, son ellos mismos quienes los azuzan y quienes terminan siendo la chispa que revienta todo.

Lo que pasó en la capital con la denuncia de los transportistas de la región Fraylesca no puede pasarse por alto, mucho menos tomarse como un hecho aislado y es sobre todo porque deriva de un comportamiento que muchos funcionarios tienen en la entidad (pactan con unos grupos a cambio de dinero y perjudican a otros) y que hoy han revelado los focos rojos que existen en el sector.

Las sociedades cooperativas Taxis Rápidos de la Fraylesca, de Autotransportes Unidos del Parral, del Crucero de Independencia, de Vicente Guerrero y los Rápidos de la Concordia han acusado directamente al delegado de la región Fraylesca, Juan Carlos Trujillo Gutiérrez, de recibir favores económicos de grupos como la Mocri, cuyo líder es Julio César Aguilar Ruiz, a quien le permiten trabajar sin problema alguno, mientras que ha desatado una persecución en contra de los demás transportistas.

Es más, sindicaron que, incluso, el delegado señalado permite que los concesionados de La Concordia (cuyas unidades y permisos son locales) se apoderen de la ruta La Concordia-Tuxtla y viceversa, lo cual mantiene un ambiente tenso en la zona que podrá derivar en un enfrentamiento por los privilegios que les otorgan a ciertos grupos.

La Secretaría de Transporte debería poner especial atención en la zona, pues los señalamientos de que el delegado de la Fraylesca, Juan Carlos Trujillo Gutiérrez, monta operativos de persecución sólo contra los quejosos, mientras que no molesta a los miembros de la Mocri ni a los concesionados, pese a que violan las leyes, es un asunto que en nada abona a la paz social a la que ha llamado el gobernador y el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador.

Es tiempo de que las delegaciones de la Secretaría de Transporte dejen de ser usadas como cajas chicas o botines de extorsión de quienes en ella despachan. Es inadmisible que se siga tratando de los mismos personajes que se coluden con algunos grupos enquistados en el poder y que, por un dinero mensual, violentan el derecho de los demás y meten en problemas no sólo al gobierno en el estado, sino a la misma ciudadanía.

Si la Secretaría no toma cartas en el asunto, si se sigue permitiendo que este delegado (y otros más) haga de las suyas y sea la política de oídos sordos la que se imponga, seguramente este problema terminará saldándose en un enfrentamiento o en algún otro hecho qué lamentar.
Hemos sido testigos de los resultados que dejan la apatía y el no tomar cartas en el asunto cuando se denuncian los problemas, sobre todo cuando en materia de transporte el grupo de la Mocri se encuentra involucrado y existe un historial bélico de su comportamiento que, hasta hoy, ha sido solapado por las propias autoridades.

Los políticos en el poder deberían tener en claro que la historia se debe revisar y entender, porque los comportamientos y los eventos, en muchos de los casos, son cíclicos y nos muestran lo que puede llegar a pasar en caso de darles la espalda.
Justa es la demanda de exigir el cese de funciones de ese delegado cuya única misión es dar paso limpio a unos y estrangular a otros, lo que sabemos podría terminar en un baño de sangre. Justo es que se vaya si no abona al dialogo y tiene que ser en la capital en donde se dirimen los asuntos. ¿Qué chiste que sea delegado si no tiene capacidad de solución?

Bien reza el dicho que quien no quiere ver visiones que no salga de noche, pero al delegado de la Fraylesca parece poco le importa y seguirá apostándole a la desestabilización, al favoritismo y a las dádivas que recibe, sin preocuparse de lo que pueda pasar. Esperemos, en verdad, que cuando tomen cartas en el asunto no sea demasiado tarde y esta columna en lugar de denunciar, emita una lamentación.

Manjar
Ayer, mientras desayunaba, me acercaron una salsa roja picante (¡Muy picante!, advertía la etiqueta) de la marca Chimay. Bañé con ella mis alimentos y cuando comprobé que pica, pero no tanto, descubrí una leyenda que decía "poesía al borde" y a Carlos Pellicer cantando: "Y es la tierra, mi tierra, el polvo mío,/ el árbol de la noche sollozando, las puntuales blancuras de la Garza / las luces de mis ojos, el trayecto / de una mirada a otra mirada. / El cielo que vuela de mis ojos a los cielos, / de unos ojos terrestres y las nubes / que desbordan el canto. 'Estoy todo lo iguana que se puede'." ¡Qué bonito se amanece así! Razón tiene el periodista Rodrigo Ramón Aquino cuando que le “…va a ir rebién a esa salsa con un Presidente amante de la obra de Pellicer”. #PoesíaPicante // “Pueden ser crueles los actos de un hombre, sin necesidad de que el hombre sea cruel”. Nerón. #LaFrase // La recomendación de hoy es el libro Buenas noches y saludos cordiales: José María García. Historia de un periodista irrepetible de Vicente Ferrer Molina y el disco Listen de The Kooks. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
                                             
* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

Contacto directo al 961-167-8136

Twitter: @C_T1


















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