El Centinela
Con buena intención para evitar el contagio y propagación del coronavirus, se signó el acuerdo entre transportistas y la Secretaría de Transporte y Movilidad, pero en la práctica no ha aterrizado. Se ve incumplimiento por doquier, en detrimento de la seguridad sanitaria y el altísimo riesgo que implica la violación del acuerdo bilateral.
En el documento oficial, que fue repartido a concesionarios y trabajadores del volante (nadie puede pretextar desconocimiento) se estipularon varios acuerdos. Uno de ellos establece que: Los sectores público y privado expedirán una identificación a quienes por la naturaleza de sus servicios deben salir a la calle para atender la emergencia por el Covid- 19. Estas personas deberán portar dicha identificación para poder abordar un colectivo o taxi, “de lo contrario el chofer les negará el acceso a la unidad. Y los deberá exhortar a regresar a casa”.
En este apartado definitivamente nadie lo ha cumplido. Hasta ahora no se ha visto a una sola persona del sector público o privado del sector salud u otro de emergencia portando dicha identificación al abordar un colectivo o taxi. Menos se ha visto que el chofer le niegue el acceso a uno de ellos. Lo que sí se ve son personas de distintas edades y que por diversos motivos (Nada que ver con la atención de la emergencia) sale a la calle. Algunos por trabajo, otros por mandados, y algunos lamentablemente por puro gusto. Suben y bajan sin que nadie les diga nada.
En otro punto el documento oficial estipula que: “Todos los operadores del transporte público deben portar guantes de látex y cubre bocas. Son raros los choferes que cumplen esta medida preventiva. Algunos acusan al patrón o a los líderes de la sociedad o del sitio donde trabajan de no darles estos artículos, pero es un pretexto inválido. El deber es de cada operador por bien suyo y de los pasajeros.
También en el acuerdo signado se fijaron horarios para el servicio de colectivos, estimando las horas de entradas y salidas al trabajo. Por ello se estipuló que sería de 6:00 a 10:00, de 13:00 a 17:00 y de 19:00 a 21:00 horas. Al respecto, son varias unidades las que se ven circulando fuera de esta hora. Los pasajeros celebran este desacato. “El coronavirus no tiene hora de entrada ni salida, están locos los que pusieron este horario”, dicen. Los choferes se justifican argumentando la elevada cuenta del patrón.
Con respecto a los taxis, se dijo que deberán trabajar 24 horas, pero con las medidas sanitarias de la Secretaría de Salud y de Transporte. Es decir, un día deben trabajar los números pares y al otro día los impares. Esto también se incumple. Si bien en los sitios los taxis no acuden el día vetado, se van a la calle por su cuenta invalidando el acuerdo. “No podemos descansar un día, todos los días se come”, argumentan.
En otro apartado se acordó que: “Los operadores de transporte público respetarán la sana distancia, reduciendo el cupo al 50 por ciento. La cabina será sellada”. Letra muerta. A veces los colectivos se ven vacíos o con poco pasaje, pero no porque el chofer esté respetando la recomendación, sino por la escasez de usuarios. Pero cuando hallan pasaje no dudan en repletar la unidad. Las fotos publicadas en este medio son elocuentes. Y más allá de que todos necesitan viajar y que el colectivero necesita sacar la cuenta, está el riesgo de la aglomeración y el consecuente peligro de que alguien le estornude en la cara al otro, o solo al hablar a menos de 30 centímetros poder contagiar el Covid -19.
En este tenor, son varias las opiniones al respecto. Los choferes piden a los pasajeros ayudar. “Que no se suban (al colectivo) si ven que llevamos más de 10 pasajeros. Es que nos perjudican, nos exhiben en redes sociales y sancionan por su culpa”, dijeron algunos choferes. Por su parte los pasajeros indicaron que ellos no pueden saber cuánto espacio trae el colectivo. “Se entera uno hasta que estamos a bordo de la unidad. Ahí el deber es del colectivero que no debe pararse si sabe que ya lleva medio cupo”.
Finalmente el acuerdo dice: “De ser necesario se trazarán rutas provisionales, única y exclusivamente durante la contingencia”. La dependencia estatal no ha informado de esta acción, tal vez porque consideran que no amerita, a pesar de que la gente ve la necesidad de ello.
Hasta el momento se percibe falta de compromiso por parte de choferes y usuarios. La autoridad ha hecho su parte en emitir recomendaciones: para sancionar a los infractores hacen falta muchas unidades y personal. La Secretaría de Transporte no cuenta ni por mucho con el equipo requerido para vigilar y castigar a los desobedientes en toda la entidad chiapaneca. Tan solo en Tuxtla son más de 10 mil unidades entre colectivos y taxis (regulares e irregulares) los que circulan.
Por ello se requiere que haya conciencia entre patrones y choferes, así como por parte de la ciudadanía. No se ha terminado de dimensionar el alto peligro que conlleva salir de casa y estar en lugares cerrados a corta distancia de otras personas. Por uno que acata la medida, hay dos que desoyen la recomendación. La fase tres por el Covid -10 está a la vuelta de la esquina y es hora de terminar de hacer conciencia y asumir el serio compromiso de poner la parte que nos toca a cada uno.
Hugo López-Gatell, subsecretario de prevención y promoción de la Salud, explicó que las medidas de "sana distancia", autoaislamiento e higiene tendrán repercusión en la Fase 3, que puede llegar en dos o tres semanas, por lo que pidió a los ciudadanos aplicarlas o mantenerlas.
“Lo que hagamos hoy, quedándonos en nuestra casa, saliendo lo mínimo indispensable, lo vamos a ver como resultados positivos en la Fase 3 que viene en dos o tres semanas aproximadamente. Ahorita tenemos que mantener mucha disciplina”, apuntó el subsecretario de Salud. No echemos en saco roto la recomendación. Hoy más que ayer, es mejor prevenir que lamentar.
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