Concepción, un hombre humilde y trabajador de escasos recursos, recolecta basura reciclable para sostener a su familia. Llegó a consulta con el dentista por un fuerte dolor de muela, suplicando lo atendieran y a cambio le pagaría con una gallina la consulta.
El dentista, en una buena acción, le dijo que con gusto aceptaba, pero que se comerían la gallina en casa del hombre, con sus hijos y su esposa.
Los hechos ocurrieron en San Miguel Tucumán, una pequeña provincia de Argentina.
Ayudar no empobrece, si lo haces de corazón.
Fuente: Diario San Juan 19
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