El pequeño no podía hablar del dolor y llanto. Con sus entrecortadas palabras pudo decir que le dolía entre las nalguitas. Su madre temblorosa lo revisó y corroboró la agresión sexual. Este hecho es condenable y no tiene nombre. El culpable debe pagar. Ya fue detenido. Y no conforme con el daño hecho al pequeño de tres añitos, abusó de la hermana de cinco años.
Los pequeños quedaron al cuidado de un familiar mientas que la madre trabajaba. Ella creía que sus hijos estaban a salvo en esa casa. Pero no contaba con que un depravado sujeto ligado sentimentalmente a la mujer de su familia que le cuidada a los pequeños, atentaría contra ellos.
“Mamita ya no quiero ir a esa casa”, decía la pequeña de 5 años. Pero no decía la razón. Hasta que lo confesó. El bestial sujeto les ofrecía una sabrita a cambio de que no dijeran nada por el abuso sexual de que los hacía objeto Candelario “N” desde enero del presente año.
Por ello, la destrozada madre denunció ante la Fiscalía General y de inmediato, con la orden de aprehensión girada por el juez, la Policía Especializada aprehendió al inmoral individuo. Lo recluyeron en el penal “El Bambú” de Catazajá.
La parte agraviada espera haya una sentencia ejemplar en contra del culpable por el aberrante hecho que causó lesiones físicas, emocionales y psicológicas a los pequeños.
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