Una menor de edad fue llevada por falta administrativa a la cárcel municipal. Su delito fue haberle gritado “rateros” a los policías municipales que patrullaban por la colonia Patria Nueva. La familia no sabe si la detención estuvo bien, conforme a derecho o fue un atropello.
La niña, de unos 15 años de edad, estaba en su casa, en la calle Caoba de la colonia Patria Nueva. Vio que se acercaba una patrulla de la Policía Municipal y cuando pasaban frente a ella les gritó: “rateros”. Su expresión tenía como base la experiencia de un familiar, al que lo detuvieron y robaron su celular y su cartera.
El grito no agradó a los policías. El chofer echó reversa y no le dieron tiempo a la menor de entrar a su casa. La detuvieron y subieron a la patrulla. La familia alcanzó a ver que se llevaban a la niña, pero no alcanzaron a ver el número económico de la unidad oficial. Fueron a ver si la menor estaba en “La Popular” y en efecto fue llevada allá por una “falta administrativa”. Debió pagar más de mil pesos para salir.
La familia de la menor se pregunta si la detención estuvo bien, con forme a derecho o fue un atropello. Esta es la respuesta.
El art. 556 del Código Penal castiga con la pena de prisión de seis meses a un año “a quienes resistieren a la autoridad o sus agentes, o los desobedecieren gravemente, en el ejercicio de sus funciones”. Esto es cuando haya un motivo para la detención y se opone resistencia.
Ahora hay otro apartado que condena el delito leve por “falta de respeto a la autoridad”, que sustituye a la antigua falta con algunos cambios respecto a los agentes de la autoridad. El nuevo delito leve “por falta de respeto a la autoridad”, introducido por la reforma del Código Penal de julio de 2015, proviene de la antigua falta prevista en el anterior Código Penal en el artículo 634 (derogado).
La conducta perseguida por este nuevo delito leve, es la falta de “respeto y consideración debida a la autoridad”, tal y como así se recoge del actual artículo 556.2 del Código Penal: “Los que faltaren al respeto y consideración debida a la autoridad, en el ejercicio de sus funciones, serán castigados con la pena de multa de uno a tres meses”.
Este delito leve por falta de respeto a la autoridad, se regula en la clase de delitos cometidos contra el orden público. La clave está en la siguiente verdad: “Los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad pública (Policía Municipal, Estatal, Guardia Nacional, etc.) NO SON AUTORIDAD, sino agentes de la autoridad. De la lectura del anterior artículo 24 se desprende que los policías municipales de Tuxtla Gutiérrez no vienen reseñados como «autoridad».
Entonces, si los elementos de la Policía Municipal no son autoridad sino “agentes de la autoridad”, no se podrá condenar a una persona como una falta administrativa por faltarles el respeto (en este caso les gritaron rateros), porque son “agentes” de la autoridad, no la “autoridad”.
La conducta tipificada en el artículo 556.2 Código Penal son las faltas de respeto y consideración debida a la autoridad en el ejercicio de sus funciones. Y autoridad, a los efectos penales, como hemos visto por el art. 24 Código Penal, NO INCLUYE a los agentes de la autoridad.
En conclusión, la detención de la menor no fue conforme a derecho, fue un atropello, la familia pudo haber procedido contra los malos elementos.
En contra de los malos elementos pesa el hecho de que fueron hombres y no mujeres (según la agraviada) los que la detuvieron, la metieron en celdas con mayores de edad, incomunicada, entre otras anomalías.
Por otra parte, se incumplió con el Artículo 155 de la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes que, en caso de un delito (el cual no hubo esta vez) estipula las medidas de sanción -no privativas de la libertad- que se pueden imponer a las personas adolescentes como amonestación; apercibimiento; prestación de servicios a favor de la comunidad.
Es decir, con una llamada de atención a la menor y darlo a conocer a su familia era más que suficiente. Una vez más los mercenarios de Carlos Morales se pasaron.
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