* Hábil estrategia para juntar su Navidad antes de tiempo y asegurar el pavo de doble pechuga en la mesa.
La camioneta marca Nissan tipo Estaquitas color gris, estacionada en el lado sur del mercado San Juan, pegada a la pared, y junto a ella la patrulla de Tránsito Municipal PCC 150. Dos oficiales masculinos y una femenil en su papel de "morder" al automovilista, que acongojado mira a todos lados... No hay salida.
Los viene viene observan atentos a unos 10 metros de distancia. "Lo van a peinar. Eso lo saben hacer muy bien. Conozco a uno de ellos y tiene un Jetta, con qué dinero si el sueldo es bajo", dice.
El automovilista camina nervioso, hace una llamada telefónica como pidiendo asesoría. Los oficiales de Tránsito Municipal saben su chamba. Uno finge hablar por radio pidiendo grúa. Ya le dijeron al automovilista que la multa le saldrá "muy cara", es el gancho al hígado para ablandarlo y puedan negociar.
Tras el acuerdo verbal la mujer y el comandante suben a la cabina de la patrulla. Dejan la portezuela derecha abierta para que el amable ciudadano deje su aportación "voluntaria". El chofer espera afuera en la portezuela del lado izquierdo. La entrega se efectúa, el chofer sube a la patrulla y se van. Ya van juntando para el pavo
El automovilista queda triste y pensativo. Los "viene viene" opinan. "¿Cuánto le habrán bajado?". Seguro no fue poco. El motivo, según un viene viene, fue un choque en otro lado y lo persiguieron. Su compañero dice que fue por cargar su camioneta en sitio no autorizado. "Haiga sido como haiga sido, lo peinaron galán", coincidieron ambos.
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