Para impresionar a su pareja el lorito escaló tres pisos. Así la cortejó.
Una parvada de aves surca el cielo capitalino en busca de un árbol frondoso para posarse en su copa y buscar el refugio de una sombra. Pero sucede algo increíble, insólito: en un edificio céntrico de Tuxtla Gutiérrez, una pareja de loros hace lo inimaginable. Tras escalar las paredes de un edificio, se aparean en pleno Día de San Valentín. La pasión también alcanzó a las aves.
El corazón de Tuxtla luce atestado de gentes: vendedores ambulantes, comercios establecidos, peatones que corren de arriba a abajo, de aquí para allá algunos buscando un poco de agua para saciar su sed, otros buscando algo que comer. El tráfico vehicular intenso tratando de avanzar a vuelta de rueda. Es el cotidiano suceder en el corazón de Tuxtla.
Músicas de distintos géneros en diversos comercios tratando de atrapar la atención de los transeúntes. Urge vender, captar recursos y mejorar la economía. Todos están absortos en sus egos, en sus intereses, ansiosos de suplir sus necesidades y casi nadie se entera de lo que ocurre arriba. Pocas veces miramos hacia arriba y esta vez en las alturas ocurre algo inimaginable.
Poco a poco un lorito comienza a escalar la pared de un edificio ubicado sobre la 2a Sur y Calle Central de Tuxtla Gutiérrez. La parte baja está ocupada por una tienda de ropas que fue clausurada tiempo atrás. El lorito pasa la segunda y tercera ventana, donde antes era el Registro Civil de la conocida zapatería El Castor. Logra llegar al cuarto piso y luego cambia de pared.
Su motivación para subir es una lorita. Ella lo esperaba y lo animaba con sus graznidos. La pregunta es ¿por qué el oro trepó, escaló en vez de volar? seguramente quería impresionar a su pareja, como varios trataron de hacerlo este 14 de febrero. Algunos con chocolates, otros con una serenata, algunos más con ramos de flores, globos de corazones, una carta de amor. Tal vez una cena romántica. Se trata de impresionar a la pareja y este lorito lo consiguió.
Algunas aves también aprovecharon la coyuntura, la celebración por el Día de San Valentín, el día del amor y la amistad. Ellos se guían por instintos, pero también tienen el sentido de pertenencia y de familia. Los loros son monógamos, solamente tienen una pareja, como el 90 por ciento de las aves. ¿Y el humano?
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