TUXTLA / "No todos son malos"

Policías hacen coperacha y dan dinero a migrantes en apuros. Un taxista altruista puso la cereza en el pastel de bondad.

"No todos son malos", dice el taxista en alusión a unos policías. Y con él coincide la familia de migrantes que agradece y bendice a Dios porque se encontraron con gente buena durante su travesía por la capital chiapaneca.

La familia de migrantes compuesta por siete integrantes salió esta mañana de la estación migratoria "Cupapé" ubicada en Libramiento Norte de Tuxtla Gutiérrez.

A pesar que había taxis estacionados afuera, no los abordaron. Prefirieron caminar por la vía rápida de oriente a poniente, en sentido contrario. Se dirigían a la terminal de autobuses OCC para seguir su viaje con el salvoconducto otorgado en las oficinas del Instituto Nacional de Migración.

Cuando iban frente al estadio de fútbol Víctor Manuel Reyna, a la altura de la colonia Los Manguitos, la adolescente comenzó a convulsionar. Sufre de ataques epilépticos. Cayó sobre la acera. La familia se detuvo y la auxiliaron. Sufre con frecuencia de estos episodios, indicaron, pero no tenían nada a la mano para ayudarla.

Justo en esos momentos un taxi que circulaba de poniente a priente se detuvo y orilló. El taxista descendió aprisa con una botella de alcohol en la mano. Siempre la carga por cualquier cosa. Se la proporcionó a la familia que empezó a frotar a la adolescente con alcohol hasta que se recuperó.

En esos momentos arribó una patrulla de la Policía Municipal. Se detuvo junto a ellos. Los niños se atemorizaron porque ven policías y creen que es sinónimo de detención, de extorsión y maltrato. Corrieron a protegerse atrás de papá.

Pero estos elementos son diferentes. No los detuvieron, no los extorsionaron, no los maltrataron. Bajaron para prestarles ayuda. Al ver que la situación ya estaba controlada y sabedores que la familia se dirigía a la terminal para abordar su autobús, decidieron apoyarlos.

La familia había explicado que caminaban para ahorrarse el pasaje. Y es que los taxis que se ubican afuera de la estación migratoria mencionada, están cobrando de 60 a 70 pesos por persona, para llevarlos de ese lugar a la terminal ubicada en la Plaza las Américas. Es mucho lo que están cobrando. En un viaje llevan a 6 personas, es decir, están sacando en promedio 350 pesos por viaje, aproximadamente. "La Secretaría de Transporte y Movilidad debe intervenir", coincidieron los policías y el taxista altruista.

Conmovidos por la paupérrima situación de esta familia de migrantes, los policías hicieron "team back" y una coperacha. Juntaron dinero entre todos los que tripulaban la patrulla y se lo dieron a la familia.

A su vez el taxista altruista decidió llevarlos a la terminal sin cobrarles un solo peso. La familia de migrantes no lo podía creer. En su trayecto desde Centroamérica a Chiapas han sufrido vejaciones, robos, maltratos, persecuciones, acoso. Y ahora encuentran a un grupo de policías y a un taxista que les tienden la mano, que simpatizan y empatizan con ellos. Que incluso les dan de sus recursos aún cuando ellos tampoco tengan mucho, pero lo dan de corazón.

La familia de migrantes ingresa a la terminal. Se despiden del taxista y de los policías con una palabra de gratitud y les desean que "Dios los bendiga". Su estómago sigue vacío, pues no han desayunado. Pero su corazón va lleno, pletórico de gratitud, de gozo y alegría, sabiendo que "no todos son malos". Hay malos elementos, pero también los hay muy buenos. Hoy tuvieron la fortuna de encontrarse con policías ejemplares y un taxista altruista. Dios los bendiga a ellos.