BERRIOZÁBAL || ¡Viva México!

Vistosos adornos patrios en el parque de Berriozábal para sentirse más vivo, más libre, más mexicano y más patriota que nunca.

"Viva México", dice con letras enormes, vistosas y tricolores, en el parque central de Berriozábal. Al verlas, Josué contiene el grito; desea gritarlo fuerte, muy fuerte, a los cuatro vientos y a todo el mundo, decir que en sus venas corre sangre mexicana y que en este mes patrio, más que nunca, agradece a Dios por ser mexicano. Al final suelta el grito, aunque discretamente por temor a que lo confundan con un demente. No lo está, pero sí está feliz. México celebra su independencia...No hay nada como la libertad. 

Josué es un joven adulto. Nació en Minatitlán, Veracruz, pero creció, se casó, trabaja y vive en Chiapas. Tenía una relación tormentosa con una mujer tóxica que lo controlaba en todo, todo el tiempo. Controlaba sus amistades, revisaba sus llamadas y mensajes del teléfono, le indicaba a quien sí y a quién no aceptar como amigo en Facebook. Cuando cobraba, ella retiraba el dinero y decidía cómo gastarlo. "Era una pesada cruz", dice Josué, pero se armó de valor y decidió acabar con ese tormento 

Josué recién acaba de concluir la relación con ella, se adelantó al 15 de septiembre, quería esperar este día para dar el grito de independencia, pero ahora podrá hacerlo con doble motivos: Recordará la fecha en que el cura Miguel Hidalgo dio el grito de Dolores y celebrará su libertad de esta relación tóxica que estaba disecando su espíritu.

Josué recorre con la vista cada uno de los vistosos adornos patrios diseminados estratégicamente en el parque de Berriozábal. Hay poca gente, se esperaría que hubiera muchos visitantes aprovechando el set para tomarse la foto del recuerdo. Josué quisiera tomarse una foto, pero no tiene ni celular, tampoco alguien que lo acompañe para tomársela.

En silencio camina y observa el enorme oso cariñoso sentado y vestido con los colores verde blanco y rojo. Cerca de él ondea una bandera mexicana. El viento hace ver más hermosa la ya de por sí preciosa bandera nacional, catalogada como la más bella del mundo... y lo es.

La escena es dominada por muchos cactus que evocan los desiertos, pero este lugar parece un Edén. Una hilera de cactus escolta al peatón rumbo al Palacio Municipal y a la iglesia católica. En los pasillos del parque, donde antes colgaban las mini hamacas multicolores, ahora, temporalmente, se observan solamente hamaquitas agrupadas en tres colores:  verde, blanco y rojo. 

Un enorme monigote vestido con un zarape rojo, un sombrero de palma con vivos tricolores luce un bigote alacranado, propio de la Revolución Mexicana. En otros pasillos cubiertos por túneles que en la primavera lucen floridos, hoy están coronados con nopales de color verde, blanco y rojo.

Josué escucha a algunos presentes en el parque de Berriozábal que critican el "excesivo adorno". "Fue un desperdicio. A ver en cuánto nos va a salir este chistecito", comenta uno. Su compañero le indica que "el alcalde Jorge Acero tiene mucha cola que le pisen, no le cuadran las cuentas, le falta comprobar más de 8 millones de pesos de la cuenta pública 2024".

La Auditoría Superior del Estado lo tiene en la mira, quizá por eso no llegó a la reunión de alcaldes en la Mesa de Seguridad Regional convocada en Tuxtla Gutiérrez, quizá por eso mandó a adornar estrafalariamente el parque para utilizarlo "como una cortina de humo y distraer la atención de su falta de transparencia", dicen algunos. Puede ser, pero a Josué eso no le interesa.

A Josué le importa que hoy se sintió más vivo, más libre, más mexicano y más patriota que nunca. Hoy al ver esas dos palabras, suspira y esta vez no reprime el grito y termina gritando ¡Viva México ca...!