AYÚDALOS / Con 90 años y la losa del olvido a cuestas

• Rubén Montesinos Chávez, sobrevive en una galera sobre la calle Tamarindo, en la colonia Esperanza Sabinito, cerca del asta bandera, en Tuxtla Gutiérrez.

Los 90 años de edad y la pesada losa del abandono de sus  hijos le pesan como nadie se imagina. Por eso no disimula su dolor al preguntarle por aquellos que engendró. Lo acompañan cinco perros y los tristes recuerdos. El anciano, enfermo, hace dos meses que no sale. No puede ir a recibir su apoyo gubernamental. Requiere de ayuda, sobre todo alimento y medicinas.

La galera de lámina está al fondo de un terreno que Rubén compró con mucho esfuerzo. A su morada se llega por el carril de baja del libramiento Norte de Tuxtla, a unos 150 metros del asta bandera monumental.

Tras dar la curva, está el único callejón que lleva a la calle Tamarindo. Una jauría de perros bravos da la bienvenida al visitante. Panchito, el mayor y más alto, no cesa de ladrar pegado a la tranca. Pancita y los otros tres se suman a la vigilancia.

Rubén se encuentra sobre su cama, solo viste una playera y ropa interior. Está enfermo.

“Ya no ha salido. Antes venía a tomar su colectivo acompañado de sus perros; creo está enfermo”, dice una mujer que vive sobre el libramiento Norte.

Y su temor se corrobora por este medio. tras vencer el temor a ser mordidos por Panchito o Panchita, por fin accedemos a la galera.

Rubén mira sorprendido, desconcertado. Los perros corren a comer el alimento vaciado en una vasija grande. ellos tienen abundante comida. Alguien les llevó un costal, pero Rubén no tiene más que unos huevos guardados en un cesto que cuelga en medio de la galera.

Una pequeña parrilla eléctrica luce oxidada. Un bolsa de avena sobre el viejo colchón es toda la comida. “Me traen jabón, pero ni agua tengo”, dice triste el anciano.

De repente vemos hacia su pie izquierdo, tiene una herida grande que no sana luego de so meses. Rubén dice que lo mordió un animal en el monte.

“Me han traído medicina pero no sano, es que no sirve,”, dice triste y resignado. Por eso no ha podido ir a cobrar su apoyo gubernamental. Y nadie se lo pude llevar a casa. Ruega que no le cancelen su apoyo porque no es por gusto que no ha ido.

Don Rubén Montesinos Chávez, de 90 años de edad, ha sido abandonado por sus hijos. Vive de la caridad de la gente en la Colonia Esperanza El Sabinito, al norte poniente de Tuxtla Gutiérrez.

Cuestionado sobre ellos, mira enojado y lanza: “Que ching…” Dice que no lo ayudan, no lo visitan, no lo quieren, pero eso sí ya están peleando sobre quién va quedarse con el amplio terreno donde sobrevive el nonagenario padre.

Y eso le duele a Rubén. Los 90 años de edad y la pesada losa del abandono de sus  hijos le pesan como nadie se imagina.

Y sólo pide agua y un poco de comida, sobre todo enlatados porque no tiene gas y su parrilla eléctrica ya casi no sirve.