PERSONAJE / Celo de policía y mujer zoque

Con el mismo celo ella defiende a la ciudadanía de la delincuencia y a sus tradiciones de la extinción. Lo segundo fue enseñado por sus padres, lo primero, por la Academia de Policías.

No tiene miedo en decir que a veces siente miedo. Tiene 50 años, es una policía, pero conoce el temor. Es un ser humano como los demás.

Mientras labora como Policía Auxiliar asignada a la oficina de la Comisión Federal de Electricidad, Rosenda cuenta sobre sus inicios en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

“Siempre quise ser policía, pero mis padres no querían”, recuerda.

Eso sí, dice que sus abuelos y sus padres le enseñaron y heredaron el celo por sus tradiciones.

“Construir el altar zoque lo aprendí hace 39 años. En esta casa murieron mis abuelos y mis padres”, añade.

Pero no es eso lo que la asusta a veces. Dice que en sus inicios como Policía Estatal Preventiva, era comisionada fuera. Y lejos de casa, sin su familia, sus hijos, es que le asaltaba el temor de ya no regresar.

Luego de 10 años de trabajo, fue asignada a la Policía Auxiliar, donde lleva 11 años. Esto le permite estar cerca de casa y de sus hijos.

Y esta vez le permitió, como cada año, defender sus tradiciones milenarias. Con la ayuda de sus hijos, a quienes inculca lo que sus padres y abuelos hicieron con ella, terminó el altar zoque.

Ya en casa, la oficial dice que su altar “es de tres niveles: tierra, cielo y muerte”. Acto seguido coloca el pan  de muerto frente al retrato de su madre.

Los muchachos riegan la juncia, la flor de Cempasuchil. Rosenda coloca los adornos de plástico de color naranja y negro, frutas como naranja, mandarina, caña, lima, camotes.

Por supuesto no puede faltar el tequila del abuelo y un vaso con agua. “Es lo que les gustaba en vida y el agua es porq ue vienen con sed tras el largo camino”, puntualiza Rosenda.

Esta creencia de la policía es porque el abuelo les decía “que un día al año les dan permiso a las almas de bajar”.

Hoy sus abuelos y padres ya no están, solo sus fotos y recuerdos. Rosenda conserva el legado de la tradición familiar y promete defender sus creencias, con el mismo celo que defiende a la ciudadanía de la inseguridad.

Rosenda del Carmen Cruz Ramírez es una mujer zoque y una orgullosa policía estatal.