SALUD / A punto de parir frente a hospital

Vigilantes privados del hospital del Niño y la Mujer “Rafael Pascacio Gamboa”, se están ensañando con los pacientes. Les niegan el acceso a pesar de estar a punto de dar a luz. Este domingo hubo dos casos. Las parturientas apenas lograron entrar. Una ya estaba morada y la otra desangrándose.

José Méndez, policía municipal de Tuxtla Gutiérrez, denunció ante este medio el maltrato de que fue objeto por parte del personal administrativo y de los vigilantes privados en dicho nosocomio.

El quejoso indicó que arribó a dicho hospital desde el sábado por la mañana. Su hija Emma Virginia Méndez Cruz, estaba por aliviarse de su embarazo.

La mañana de este domingo, luego de hablar con el subdirector del hospital en mención, seguían negándole el acceso y el servicio a su hija.

Llamó a este medio de comunicación y solo al ver al reportero que grababa, los vigilantes permitieron el acceso a Emma, que ya estaba amoratándose.

José Méndez dijo que va a proceder contra el hospital y contra el vigilante privado que negaba el acceso. “Nadie es dueño de nuestra vida para estar haciendo esto”, dijo.

“Están violando los derechos humanos y la garantía individual del derecho a la salud consagrada en el artículo 4o”, dijo el policía.

Lamentó que los vigilantes se crean dueños del hospital y nieguen arbitrariamente el acceso a las personas. Y es por ello que tanto en este nosocomio, como en otros, muchas mujeres han dado a luz en el piso, a la entrada del hospital.

Entrevistados al respecto, los vigilantes dijeron que ellos acatan órdenes y no permiten el paso si la persona no está registrada en el censo (bitácora que elabora Trabajo Social). “Además debe escucharse el nombre de la persona por el aparato de sonido, de lo contrario no pasa”, dijo el vigilante en turno.

Al lugar arribó el presunto jefe de los vigilantes privados. Dijo llamarse David Cruz Valencia, de la empresa de seguridad Multilimp. Y regañó a sus subordinados por dar entrevista a este medio.

“Siempre abusan de la gente, más si ven que son del campo y que desconocen sus derechos y de leyes, dijo el denunciante.

Por su parte Herlinda Cundapí Hernández, de Copoya, agregó que su hija estaba en labores de parto prácticamente con la fuente reventada y desangrándose a la entrada del hospital referido, pero  los vigilantes no la dejaban pasar. “Por fin al verla muy mal la dejaron entrar, pero qué necesidad que ya que estaba por nacer el pichi la pasan. No se vale”, dijo.