PANTEONES / Festejan y lloran a la madre ausente

Cada letra de la canción “Amor eterno” dolió, como desde el primer segundo de la dura separación. La madre que fue visitada, abrazada y festejada en vida, fue visitada, recordada y llorada en su muerte. Más de cinco mil personas acudieron al Panteón Municipal y tres mil al Jardín San Marcos, informó el director Wagner Escobedo Ortega.

El acceso a los principales camposantos se vio congestionado por momentos, sobre todo a la hora “pico”. No hubo agentes de Tránsito que coadyuvaran.

Pollo asado, helados y juncias se vendían a las afueras de los panteones. Pero lo más abundante fue la venta de flores.

Dentro del panteón Jardín San Marcos, la familia Ortegón Culebro y Salomón Culebro rodearon la tumba de Eloísa López Zambrano (15 de mayo de 1949-30 de octubre 2012) y Areli Culebro López (7 septiembre 1959-3 noviembre 2009). Mamá e hija descansan en el mismo lugar.

Gloria Culebro López, hija de Eloísa y hermana de Areli, llegó con su esposo Juan Ortegón, sus hijos y sobrinos, unos 24 en total.

Pidieron a los músicos que tocaran “Machete tunco” o “Cabo de hacha”. Los cantantes se miraron mutuamente y dijeron: “No lo sabemos”. Iban preparados con canciones tristes, como “Cuatro velas” y “Amor eterno”.

“Mi mamá era alegre y así la queremos recordar, canciones tristes nos pone tristes”, dijo Gloria y pusieron música alegre en la grabadora.

Sobre la tumba había gladiolas, lilis y pocas rosas.  Gloria gastó unos 300 pesos en flores.

Los más pequeños de los presentes, son bisnietos de Eloísa. Tres de los siete conocieron a la bisabuela. Su cumpleaños era el 15 de mayo, le daba doble regalo por el 10 de mayo y su onomástico”, dice Gloria.

Pero Eloísa tuvo el dolor de perder a su hija Areli en 2009. Tres años después la alcanzó.

En el Panteón Municipal la afluencia fue mayor. Parecía “Día de los muertos”. De los que descansan en el camposanto citado, la mayoría son madres. Aprovechando la ocasión se visitó al padre, hijo o hermano, también.

Algunos que no piensan igual que la familia Ortegón Culebro, pidieron las canciones “tristes”. Y para mitigar el dolor del recuerdo bebieron cerveza que metieron de contrabando, a pesar de la vigilancia policiaca desplegada en las entradas.

Luego de las horas de estadía, las familias abandonaron los camposantos. “Yo no vengo seguido al panteón, solo cuando sueño a mi madre”, dijo Gloria.

El resultado inevitable de estas visitas, fueron más de cuatro toneladas de basura en los dos principales panteones de la capital chiapaneca, indicó el director de Mercados y Panteones del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez,  Wagner Escobedo Ortega.