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miércoles, 12 de diciembre de 2018

PEREGRINOS / La fe superó al cansancio

  • Durante tres días, más de ocho mil fieles caminaron desde Villaflores a Tuxtla, soportando frío, hambre, sed, cansancio. Los pies llegaron ampollados, los labios resecos, pero los rostros y corazones felices por haber cumplido la promesa
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Salieron el 9 de diciembre de Villaflores, llegaron el 12 a Tuxtla Gutiérrez. La fe mueve montañas y permite cruzarlas soportando frío, hambre, sed, cansancio. Los pies llegaron ampollados, los labios resecos, pero los rostros y corazones felices por haber cumplido la promesa y haber llegado a la meta: La parroquia de Guadalupe.

Justo a las 9:30 horas de este miércoles 12 de diciembre, se posó el primer pie de los peregrinos guadalupanos de Villaflores, sobre el libramiento Sur de Tuxtla Gutiérrez.  eran del grupo “San Miguel Arcángel”.

-      ¡Con Cristo y María todo se puede! resonó al unísono.

Una joven que tenía el gafete de “vicepresidenta”  entonó el canto: “Ya llegó, yllegó, la Virgen María ya llegó, lo siento en mis manos, lo siento en mis pies”, cantaba.

Atrás de ellos iba el grupo “San Sebastián" y más atrás “Fe con María”.

Cuando iban a la altura de la 18 Sur, sobre la Carretera a Villaflores, se detuvieron. Los jóvenes gritaron “bomba”. Y todos corrieron a protegerse. Un fuerte sonido explosivo hizo que el suelo se cimbrara y que las personas salieran de sus casas. Al ver a  los peregrinos, unos se molestaron. “Esto es un relajo, no dejan  descansar tranquilos”, dijo un hombre. Pero una mujer arengó a los cansados peregrinos:

-      ¡Soldados de Cristo!

-      Les dijo. Y agregó

-      ¡Con Cristo y María 

-      ¡Todo se puede!

La Marimba de Cintalapa tocaba LGuadalupana. Los bandereros y agentes de Tránsito Municipal cerraban las vías para franquear el paso a los peregrinos.

Las gargantas seguían cantando: “Cuando yo era muy pequeño mi ma me lo decía, hijo no seas peregrino porque aguantan hambre y frío, caminan noche y día.

Varias versiones de La Guadalupana se oían por doquier.  en una una le cambiaron el estribillo y decía: “Ser guadalupano, ser guadalupano, ser guadalupano es algo esencial”.

A las 10:00 horas arribó el primer grupo de peregrinos guadalupanos de Villaflores a la Parroquia de Guadalupe en Avenida Central y 7a Poniente de la capital chiapaneca. Tres sacerdotes vestidos de blanco, asistidos por niños y niñas, rociaban el agua “bendita”.

Uno a uno desfilaron los grupos de Cristo JuezCristo Rey, San Juan Bosco, Señor de Esquipulas. En bicicletas, en moto, en auto, en carriolas, en brazos o a pie, llegaron niños, jóvenes, adultos y ancianos.

Los niños asistentes del párroco abrazaban la cubeta, mientas los peregrinos abrazaban su fe que lo motivaba a caminar y gritar “Sí se pudo, Sí se pudo”.

“Dios bendiga su vida, su familia y su trabajo” decían los prelados mientras rociaban a los peregrinos. Algunos han peregrinado desde 1965 con el grupo Señor de Esquipulas. El grupo Guadalupe Plan Chiapas lo hace desde 1999.

Parada sobre la Avenida Central y 5a Poniente de Tuxtla,  apoyada sobre una carbol estaba Victoria Nanguelú, de 80 años de edad. En su juventud peregrinó por más de 20 años. Oriunda de Suchiapa y radicada en El Parral por décadas, Victoria reside en la capital. Sus hijos y nietos  venían de Villaflores y fue a toparlos para sumarse a ellos y recorrer al menos dos cuadras.

El primer  contingente estuvo integrado por unos 15 grupos y tres mil personas, aproximadamente. El segundo equipo llegó a las 11:00 horas con unos 10  grupos y alrededor de mi 500 peregrinos. Finalmente el tercer grupo, el más numeroso, arribó pasadas las 12:00 horas, con unos 20 grupos y más de cuatro mil fieles.

Llamó la atención de propios y extraños  un perro negro que con un paliacate rojo indicaba que también era peregrino. Llegó solo hasta la parroquia y también recibió la bendición del sacerdote.

Desorientado entre el mar de gente y asustado por los cohetones, el perro se orilló y descansó en espera de que su amo lo encuentre.

El grupo “Divina Providencia” cerró la participación. El recinto sagrado lució abarrotado con gente agradecida que con una porra expresó su satisfacción: “Reza, reza cumplimos la promesa”, dijeron. Fue la divina providencia la que permitió a más de nueve mil personas, salir y llegar con bien.
La fe mueve montañas y permite cruzarlas soportando frío, hambre, sed, cansancio.

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