Con piedras bajo su espalda, manchadas con su sangre, y con el polvo del agreste camino en todo el cuerpo, el joven permanece inmóvil. La gente teme que esté muerto. Por eso llaman al 911 y piden ayuda.
Las luces azul grana de las patrullas PC -128, PC - 571 (Policía Municipal) y 00036 de Fuerza Ciudadana iluminan la accidentada calle Onix esquina con la avenida Perlas del Río, en la Cuarta Sección de la colonia Jardines del Pedregal, al norte oriente de Tuxtla Gutiérrez. Minutos más tarde la luz de la ambulancia se sumaría.
Decenas de curiosos se arremolina. “Saber quién será, no lo conozco”, musitan en voz baja. Niños y jóvenes presentes manifiestan su temor de caminar de noche por esa calle oscura.
De repente un joven con discapacidad dice conocer al lesionado. “Lo vi tomando en la cantina de doña Conchita. Trabaja con Coya”, afirma, pero nadie le presta atención.
La playera empapada en sangre del herido, está bajo su cabeza. Alguien se la puso compasivamente como cabecera.
El pecho descubierto del lesionado deja ver dos letras: “JM”. Algunos que no distinguen bien la imagen por la distancia, piensan que dice “MS” o “13” y deducen que es un “mara”.
De repente, el que estaba inconsciente, recobra el sentido y se mueve lentamente. Abre despacio un ojo. El paramédico lo interroga.
-
¿
- José (apenas perceptible)
- José qué (insiste el paramédico)
- José…
- José Omar?
- José Manuel
- Ah, José Manuel. (Coincide con las iniciales JM)
- Cuál es tu apellido
- Sánchez
- ¿Cuántos años tienes?
- 31
- ¿Dónde vives?
- En la calle
- ¿Qué te pasó?
Policías observan cómo le colocan un suero para desintoxicar al ebrio sujeto y le curan la frente y los labios reventados por una piedra. El agresor aun andaba cerca, con la piedra en la mano, dijeron vecinos. Pero debido a lo lejos y accidentado del camino, las patrullas demoraron en llegar.
Los paramédicos no desean trasladar al herido, porque está ebrio y no hay familiares que respondan por él. La gente se molesta y pide que lo trasladen.
La pregunta final del paramédico es:
- ¿Qué te duele?
La respuesta es: “todo”. Y aunque inicialmente José Manuel se refiere a los golpes en su cuerpo, tácitamente expresa su dolor emocional. Le duele no tener casa, familia, amigos. Le duele la incierta existencia. Le duele no tener fuerza de voluntad para sobreponerse al vicio que lo encadena a la estaca. Le duele sufrir el dolor que derivó precisamente del afán de tratar de evitarlo.
Y así dolido, se queda.
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