Reportó un robo a la tienda y aunque esto fue falso, resultó cierto la ofensa a una mujer, que lo denunció. Fue despedido del trabajo y llevado a la cárcel. Otro robo se suscitó en una tienda de Club Campestre.
Policías se movilizaron por el reporte de robos en dos tiendas de conveniencia. Uno fue cierto y el otro, solo pleito del vigilante ebrio con un cliente.
Elementos de la Policía Estatal Preventiva arribaron a la tienda de conveniencia ubicada en la entrada al Club Campestre. Brenda Lizbeth Miguel, de 20 años de edad, encargada del comercio citado, explicó que dos hombres irrumpieron. Uno con gorra blanca y pistola, amagó a la cajera llevándose tres mil pesos, botellas de licor y cajetillas de cigarro. Huyeron pie tierra.
Luego, los guardianes del orden acudieron a otra tienda ubicada sobre la Calzada al Sumidero. Allí, la encargada Roxana López, desmintió el robo. Sin embargo el vigilante indicó que le habían robado su teléfono y sindicó al taxi con número económico 1824.
Otros policías localizaron al taxi referido y allí escucharon otra versión. La pasajera, de nombre Amparo “N”, de 47 años, dijo que hacía fila en la caja de la citada tienda cuando se acercó el vigilante en visible estado de ebriedad y le faltó el respeto. Discutieron y se marchó en el taxi 1824. Aprovechando la presencia policiaca, la agraviada pidió que detuvieran al vigilante.
De ser agraviado, el vigilante fue acusado. Al lugar arribó el supervisor de la empresa de seguridad privada PSG, Ricardo Romeo Román Mancilla, quien molesto quitó el uniforme al vigilante ebrio y pidió otro elemento para vigilar la tienda.
Azmeth Sandoval, de 40 años, el vigilante detenido, fue llevado a la “Popular” a petición de la fémina agraviada.
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