REFLEXIÓN / ¿Cuánta vida te está costando tu trabajo? No todo es dinero

• Cuando respetas los límites de lo que debes hacer y lo que realmente deseas, ordenas tus prioridades y encuentras la clave de la felicidad

Por: Brenda Colón

Cuánta vida te está costando tu trabajo? No todo es dinero y lo que más importa no se puede comprar. A veces hace falta recordarlo antes de que sea tarde. Sí, el dinero es necesario para muchas cosas, pero como todo tiene un límite y debemos saber identificarlo.

Desde niños imaginamos lo que seremos de grandes. Incluso si le preguntas eso a un niño, te encontrarás con una lista de todo tipo de ocupaciones, pero a medida que vamos creciendo, aprendemos que no solo se trata de lo que nos agrade, sino de aquello que nos dé a ganar más, olvidamos lo importante de ser felices.

La vida es cara y cuando llegamos al punto de formar una familia, lo que más deseamos es que nada le falte. El dinero juega con nuestro corazón y en el afán de conseguirlo, de que sea más que suficiente y veamos a nuestra familia feliz, sacrificamos momentos únicos, salud e incluso amor.

Por lo general, cuando llega el tiempo de trabajar, a algunos antes que a otros, empezamos con trabajos difíciles o pesados que pagan poco, a medida que mostramos nuestro talento y aumentamos las habilidades llegan mejores salarios, pero también más responsabilidades y si bien, es bueno ser ambicioso, no es correcto hacerlo de un modo ciego.

Hay casos donde el pasado también nos ha transformado, donde nos ha privado de tanto que nos prometemos no pasar por lo mismo otra vez, donde el dinero se convierte en la raíz de un sinfín de problemas y tratamos de evadirlo...cayendo en otro tipo de errores.

Así surgimos varios robots, esos que aunque estén fuera de la oficina no saben dejar el trabajo a un lado, los que siguen conectados al correo electrónico o a los mensajes en el celular, los que en días de descanso o vacaciones mantienen la mente ocupada dejando que la vida pase sin disfrutarla. 

Se puede llegar a una vida despreocupada sin hacer del dinero el centro de nuestro universo. Quienes llegan al final de su vida suelen decir que lo que más añoran son los momentos que perdieron por estar ocupados trabajando. 

No seas uno de ellos, respeta tus horarios, haz tu trabajo lo mejor posible y descansa al lado de tus seres queridos. El trabajo nunca terminará, siempre habrá alguien que se aprovecha de ti y que tomará lo que tú desperdicies para bienes personales. 

Si no te ha quedado claro te lo recuerdo, hay cosas que no tiene precio como:

Un abrazo de tus padres, especialmente cuando llegan a la tercera edad

La sonrisa de tus hijos y compartir sus logros

Las reuniones familiares llenas de risas

El olor de las flores frescas

Una mañana con alguien especial o una plática que dure toda la noche

Minutos para disfrutar a solas, el tiempo para ti no debe faltar

Ver los espectáculos de la naturaleza, el amanecer, el atardecer, una lluvia de estrellas

Tiempo con Dios

Una buena salud

Una taza de café y una buena plática con alguien especial 

No dejes que el dinero te controle, sino contrólale tú a él. Aunque tu trabajo te dará plenitud por la forma en que te hace ver lo talentosa que eres en otros aspectos, no determinará toda tu calidad personal y siempre será superior alguien que sepa amar y disfrutar la vida en lugar de alguien que solo piense en lo que tiene en el banco y los pendientes del trabajo.

Si tu tiempo libre no es mucho, entonces procura que aunque sea poco sea de calidad, tu vida será otra. No pongas pretextos, nada puede privarte de una vida feliz cuando realmente lo deseas. El mejor trabajo no es el que paga más, sino el que te permite tener vida fuera de él.