No se conocían, lo hicieron a través de redes sociales y hermanados por la causa noble de ayudar a los más necesitados, armaron despensas que este día entregaron con amor y sin buscar nada a cambio.
Uno a uno se fueron sumando hasta formar el actual grupo de 10 integrantes. Sí, merecen un 10, la máxima calificación, pues son jóvenes y señoritas de excelencia, y sin formar parte de alguna iglesia o asociación civil, imbuidos por el maravilloso principio del amor, se conmovieron y se movieron a favor de las personas más pobres que ellos.
Sin buscar reflectores, ni votos (no son candidatos ni militan en algún partido político) ni proselitismo religioso (son de distintas religiones y otros no profesan ninguna) los 10 jóvenes y señoritas de escasos recursos acordaron instalar un centro de acopio.
En esta era del escepticismo social, porque hay muchos vivales que lucran con el dolor ajeno, los muchachos iniciaron la colecta. La misión parecía imposible, condenada al fracaso. La casa de uno de ellos fue el sitio elegido.
La espera comenzó en la calle El Mirador y
Avenida l9 de octubre, Manzana 97 Lote 9, de la Ampliación Julio César Ruiz Ferro, el centro de acopio. El grupo se llama Destellos del Cielo. Y eso es.
Por la gracia divina que aprobó la buena causa, los valientes jóvenes y señoritas armaron 30 despensas que entregaron de inmediato entre las familias más pobres de la misma colonia Ruiz Ferro. Así los donadores pudieron constatar que la ayuda fue canalizada.
Ahora Destellos del Cielo va por más. Invita a quienes deseen sumarse al proyecto altruista como voluntario o como donador para que acudan a la dirección otorgada. Juntos podemos ser una luz en las tinieblas, un Destello del Cielo para quienes sufren los estragos de la contingencia por el COVID 19.
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