En la Mira / Héctor Estrada... Las posibilidades de Paco Rojas para el 2021

Las intenciones cada vez más evidentes de Francisco Rojas Toledo para contender nuevamente por el ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez no han caído nada en gracia a quienes bajo el amparo del poder en turno y los resquicios del “gobierno verde” buscan relevar a Carlos Morales Vázquez sin otro mérito más que ser los beneficiarios de los mismos acuerdos políticos de siempre.

Rojas Toledo se ha convertido durante las últimas tres elecciones en el candidato incómodo a la alcaldía tuxtleca. Después de más de casi una década lejos de las candidaturas, en 2015 el ex presidente municipal sacudió las aspiraciones verdes cuando oficializó sus intenciones para postularse a la presidencia municipal de la capital chiapaneca por el Partido Acción Nacional (PAN) para buscar un segundo periodo de gobierno.

La historia subsecuente es bastante conocida. Con una campaña bastante austera, en comparación con el derroche realizado por la alianza oficial conformada por el PVEM, PR y, PANAL, Francisco Rojas se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para las aspiraciones de Fernando Castellanos Cal y Mayor, que contaba con toda la cargada del gobierno de Manuel Velasco Coello, como prospecto de relevo sexenal.

Al gobierno de Velasco Coello no le quedó de otra que robarse las elecciones de manera descarada, con tal de no perder su bastión en la capital chiapaneca. El rechazo generalizado al gobierno verde y el hartazgo de la ciudadanía con respecto a los últimos gobiernos municipales impuestos desde Palacio de Gobierno y sus pésimos resultados, terminaron convirtiendo el proceso de cómputo y oficialización de resultados en un fenómeno de protesta social poco antes visto en Tuxtla Gutiérrez.

Las innumerables fotografías de actas alteradas, grabaciones sobre funcionarios inmiscuidos en acarreos o compra de votos y pruebas que favorecían en resultados al candidato panista inundaron las redes sociales. A la ciudadanía, incluidos muchos allegados al gobierno verde, no les quedó duda que el descarado fraude que se había cometido en la capital de Chiapas. Finalmente, a Fernando Castellanos, como delincuente, no le quedó de otra que recoger se constancia de mayoría a escondidas y altas horas de la noche.

La elección de 2018 fue algo distinta. También desde la oposición, Francisco Rojas nuevamente se convirtió en el candidato incómodo, ahora frente a un Carlos Morales Vázquez bastante desacreditado tras su cuestionado paso por el gabinete de Manuel Velasco Coello. El candidato oficial ahora estaba en la coalición encabezada por Morena, con un candidato verde (Carlos Penagos) cuyo papel se limitó a servir de comodín para facilitar los verdaderos acuerdos cupulares.

En un supuesto acto de “justicia” y lógica electoral, los comicios en la capital chiapaneca parecían estar bastante inclinados hacia la candidatura de Rojas Toledo, que había regresado para resarcir y aprovechar esa sensación de “robo” dejada en las elecciones pasadas. Pero el efecto Obrador (con el denominado 6 de 6) terminó por sepultar sus aspiraciones, como las de otros candidatos ajenos a la alianza morenista, que pese a su popularidad también terminaron derrotados por voto no razonado.

Hoy la situación no luce tan diferente a la de hace cinco años. Pese a las supuestas negociaciones de algunos liderazgos en Morena para consumar la candidatura de Francisco Rojas al frente de la alianza morenista, la oposición y el sabotaje de otras militancias al interior del partido -que también ambicionan la candidatura- parecen haber obstaculizado la posibilidad; todo a pesar de que los cálculos hechos por encuestadoras advertían una victoria inminente bajo esa fórmula electoral.

Del lado del Partido Acción Nacional (PAN) los acuerdos parecen no concretarse. Las negociaciones entre el PAN y Rojas Toledo no han alcanzado acuerdos. La insistencia de la dirigencia estatal para imponer al resto de los personajes que acompañen en fórmula a Rojas y la negativa del éste a ceder espacios se han vuelto una aduana difícil de superar. Al interior de la inminente alianza tripartita entre el PAN, PRI y PRD saben perfectamente que Francisco Rojas sería el candidato natural para arrebatar la presidencia municipal a Morena, pero las cosas no parecen estarse dando.

Las negociaciones apuntan a que esta vez Francisco Rojas optará por abanderar una candidatura bajo las siglas de uno o dos partidos pequeños o, en el peor, a través de una candidatura independiente. Sin embargo, la posibilidad de que el ahora regidor tuxtleco aparezca en las boletas parece ser prácticamente un hecho.

Si bien hoy resulta cuestionable el silencio y la cierta complicidad que Francisco Rojas Toledo ha tenido como parte del cabildo encabezado por Carlos Morales Vázquez, en honor a la verdad debe reconocerse que, a diferencia de los demás aspirantes sustentados de plataformas políticas basadas en promesas, Francisco Rojas sí es un candidato al que se puede evaluar con un currículo tangible en la administración pública. Con aciertos y errores que los tuxtlecos conocen y deberán valorar o comparar con las administraciones que han gobernado Tuxtla durante los últimos 17 años para sacar sus propias conclusiones… así las cosas.