Su madre no quiso registrarlo y no permitía que su padre lo viera. Por eso, cuando el hombre supo que ella y su nueva pareja maltrataban a su hijo, pidió ayuda a la policía. Sin embargo, fue demasiado tarde: en un rito satánico la mujer mutiló al pequeño y luego lo mató, según ella, para ofrecerlo al diablo.
Agentes de la Fiscalía del Estado de México que buscaban al niño, catearon la casa donde aquella mujer hizo el ritual, en Chimalhuacán. Y ahí lo hallaron sin vida.
Al niño no lo habían registrado. Pero según la madre, al pequeño lo llamaban Belcebú y lo habían mutilado vivo y luego matado porque era una ofrenda para Satanás. El hombre que participó en este rito satánico está prófugo.
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