- Si yo no me estoy negando a pagar, pero se pasan, quieren carro nuevo –dice el hombre a los policías privados.
Mientras a seis metros, sobre la acera, dos mujeres y un pequeño de unos cuatro años de edad son valorados por paramédicos de Protección Civil Municipal. Por fortuna no presentan golpes severos.
Un grupo de curiosos juegan a ser peritos de Tránsito Municipal, parados en la esquina de la 3ª Poniente y 11 Sur del barrio san Francisco. Es que el verdadero perito demora en llegar. Cuando lo hace, se dirige con el presunto culpable, el dueño de un Tsuru gris, placas DRY 2934, el cual ya está orillado, sin trasgos de golpe.
El Chevy Monza, color rojo, placas DSE 1933, en cambio, presenta una gran abolladura en el costado izquierdo que descuadró la unidad. Circulaba de poniente a oriente sobre la 11 Sur. Ya casi había pasado, cuando fue alcanzado por el Tsuru.
“Pero es uno por uno” alega con justa razón el chofer del Tsuru. Aun así, asegura que está dispuesto a pagar, pero que no exijan mucho.
En realidad, en los cruceros de uno por uno, en caso de un accidente la responsabilidad es compartida, cada uno paga su golpe, y cada quien es multado por falta de precaución. Es como un “semaforazo”, pero a veces hay quienes sacan provecho de este tipo de accidentes.
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