El embate de las mafias transportistas para imponer sus condiciones en Chiapas e impedir el funcionamiento de plataformas como Uber y Didi ha expuesto nuevamente el verdadero rostro de un sector que, ha dejado claro, NO estรก dispuesto a abrir espacio a la competencia, pero tampoco a mejorar o modernizar sus condiciones de servicio.
Lo que hoy sucede en Chiapas no sรณlo debe leerse como una guerra declarada contra las nuevas plataformas, sino tambiรฉn contra los intereses de los propios usuarios a quienes se intenta dejar sin alternativas. Y es que, la postura de las mafias ha sido bastante clara: estรกn dispuestos a aceptar el funcionamiento de DiDi y Uber en la entidad, siempre y cuando sรณlo sean los taxistas concesionados quienes brinden el servicio dentro de las plataformas.
En el pliego de exigencias pรบblicas los taxistas ni siquiera han puesto sobre la mesa el compromiso de mejorar sus unidades y elevar la comodidad del servicio, en caso de que se acepte entregarles nuevamente el monopolio. En ese sentido no ha habido punto de negociaciรณn, lo que ellos piden es que las cosas retornen al mismo estado en que se encontraban antes del ingreso de Didi y Uber a Chiapas.
Hoy aseguran que simplemente estรกn defendiendo sus derechos, por lo que piden insistentemente se haga valer la Ley de Movilidad y Transportes en Chiapas. Irรณnicamente, ahora sรญ, exigen que se aplique al pie de la letra una legislaciรณn que lleva aรฑos violada por ellos mismos y las propias autoridades transportistas. Una ley que, de entrada, prohรญbe la multipropiedad (simulada o no) de concesiones en una sola persona y la operaciรณn de unidades con mรกs de cinco aรฑos de vida รบtil.
De la regulaciรณn de tarifas justas, la comodidad del servicio y las medidas para garantizar la seguridad de los usuarios, tambiรฉn obligadas por la misma legislaciรณn, ya ni siquiera hablamos. Al final de cuentas, para todas esas violaciones anteriores a la ley no hay ni habrรก reclamos de justicia indignada por parte del sector. Al contrario, en esos casos el silencio siempre ha sido el mรกs conveniente para preservar los pactos de beneficio mutuo.
Es mentira que quieran hoy defender el estado de derecho y la legalidad en el rubro. Nunca ha sido una prioridad para esas mafias del transporte. Tampoco resulta convincente que ahora sรญ hayan hecho conciencia sobre la calidad y seguridad en su servicio. Ni si quiera lo han hecho cuando sus excesos y omisiones han cobrado la vida de personas inocentes en fatales accidentes que bien pudieron evitarse.
Lo que las mafias buscan es amedrantar nuevamente para imponer sus condiciones y mantener intocables sus privilegios, aรบn por encima de los miles de usuarios en Chiapas, que estรกn ya hartos de que los pactos oscuros sigan imponiรฉndose a sus necesidades y que, al final de cuentas, deberรญan tener en sus manos la posibilidad de elegir el tipo de servicio que deseen pagar… asรญ las cosas.
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