Margarita pasó de ser sospechosa, a una buena amiga para los elementos
En su patrullaje de rutina, como parte del operativo “Por un Tuxtla más seguro”, los policías dan seguridad, palabras de aliento y hasta un poco de refresco. Margarita pasó de sospechosa, a una buena amiga para los elementos.
Las patrullas recorren de sur a norte la Carretera a Villaflores. Van a la altura de la 19 Sur, cuando reciben el reporte que en una casa de la 12 Sur y 3a Oriente, una mujer es agredida por un hombre.
Las unidades oficiales enfilan a la dirección referida.
Y cuando descienden para ayudar a la mujer, ésta entra a su casa y corre a los oficiales. Les dice que todo está bien, que se vayan.
Los vecinos, preocupados, llamaron al 911 para ayudar a la fémina. Los policías llegaron con el fin de ayudar, pero la dama prefiere rumiar su calvario y resignada vuelve a su “cárcel” de amor.
Los policías siguen y reciben otro reporte. Vecinos preocupados dicen que sobre la 18 Sur y 3a Oriente, hay un mujer sospechosa. Lleva horas afuera de la casa número 353.
Los policías se dirigen al lugar. Están cerca. Y en efecto afuera del domicilio citado está una joven cita de rasgos indígenas.
Los oficiales se acercan para preguntar el motivo de su larga estancia en la calle.
“Estoy buscando a mi amiga y vecina. Necesito trabajo”, dice.
Su nombre es Margarita. Es oriunda de Aguacatenango, Chiapas. Salió de su casa en busca de trabajo, pero se quedó sin dinero. No tenía ni para su colectivo.
“Voy para San Cristóbal, pero no tengo dinero”, dijo Margarita.
Y si alguien desea su servicio, da su número de teléfono:9612383837.
Mientras dialogaban, los policías le dieron palabras de ánimo. Compraron refresco en la tienditas de la esquina y le invitaron un trago.
Un joven llegó y le dijo a Margarita que la patrona llegaría en una hora más.
Margarita se quedó mas tranquila. Los policías siguieron su recorrido de rutina, listos para dar seguridad, palabras de aliento y quizá otro trago de refresco.
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Comprometidos con la verdad, listos para ser oídos, ojos y boca de la sociedad. Espacio para señalar lo malo y reconocer lo bueno.
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