ALTAMIRANO / Su amada lo hundió en el olvido, el alcohol y… la muerte

Curiosamente vivía en el barrio llamado El Panteón. En cierta forma vivía estando muerto. Su vida era un infierno y decidió ponerle punto final. Dijo adiós a este mundo rodeado de luces, como para que alumbraran el sendero oscuro de la muerte.

A un lado del cuerpo estaba la imagen de la virgen María. Sobre la pared la imagen de otros santos. Pero ni eso le animó a seguir viviendo. Su barca había naufragado en la tempestad de problemas emocionales y económicos. Y cansado, dejó de remar contra corriente.

Fue mediante una llamada telefónica a la Policía Municipal como se alertó de lo sucedido.

Al corroborar dicho reporte de la persona  sin vida, apuraron la llegada del agente del ministerio público.   

Una vez en el lugar, las autoridades fueron abordadas por Tomás López Gómez, quien dijo ser padre del occiso y que manifestó que su hijo respondía al nombre de Juan López Gómez, mismo que llevaba tres meses ingiriendo licor por una decepción amorosa.

El cuerpo sin vida de Juan López fue descubierto cuando sus padres fueron a visitarlo, por lo que al no responder a la puerta, su papá decidió entrar por la fuerza.

Grande fue su sorpresa al ver a su hijo colgado de la viga del techo.

Finalmente el cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) para que le realizaran la necropsia de rutina.