SACRIFICIO / 21 horas de martirio por una ficha

En algunas escuelas la fila fue de 20 horas. En otras, de 48. Para poder preinscribir a sus hijos en preescolar, primaria o secundaria, padres y madres soportaron hambre, cansancio, sueño, frío, parados en la calle. El pase de lista fue cada 30 minutos, como soldados, como presos. El que se iba o dormía y no contestaba presente perdía su turno. Fue un calvario. Se elevó la inconformidad.

Luis Gómez toma su refresco de cola, luego café. “No puedo, no debo dormirme”, dice y trata de platicar de todo un poco con su compañero. Ambos de pie, a veces sentados en la acera de la avenida Canarios de la colonia Los Pájaros.

Luis fue uno de los casi 50 presentes que hicieron fila a las afueras del jardín de Niños “Alvaro Raquel Mendoza”. El cupo era limitado. El cartel pegado en la reja indicaba que solo había cupo para 15 alumnos de primer grado y 19 para segundo. Para tercero no hay uno solo.

De los presentes solo 34 podían aspirar a un lugar. Los otros se quedaron por si alguien se desanimaba y se iba. Y eso ocurrió horas después.

Unos se fueron por el hambre. Otros por el cansancio o el frío. La mayoría no soportó las ganas de ir al baño y se fueron también. El pase de lista fue cada 30 minutos. “Parecemos presos”, se oía de repente. “Como si fuéramos soldados”, decía otro.

“No, yo me siento como peregrino, haciendo sacrificio o pagando manda, esto es un martirio “, decía otro.

Algunos llegaron desde las 12:00 horas del jueves. Fue hasta las 9:00 horas de este viernes que se abrió el portón del kínder y comenzó el ingresó.

Fueron 21 horas de espera en la calle, en condiciones infrahumanas. “No se vale, hubieran habilitado un aula para estar adentro, por el frío, por el baño, peor que animales nos tienen aquí”, comentó otra madre.

Luis miraba en silencio. En su momento dijo que su esposa pasó lo mismo, pero en la escuela secundaria número 79. Ella se fue un día antes a las 2:00 de la mañana. Y fue la última en sacar ficha.

La misma situación se vivió en la escuela primaria “Juan de la Barrera”, en Los Pájaros. En una escuela de San José Terán, la espera fue de 48 horas, indicaron padres de familia.

“Por los hijos vale la pena este esfuerzo y más, pero que necesidad de estar martirizándonos así, como si no hubiera otra forma de prescribir”, dijo Raúl Guillén.