El niño se asusta al escuchar el ruido de las piedras que descarga el camión Volteo. Su madre lo abraza y sonríe. El polvo blanco cubre la pared y los rostros de los vecinos. “Tranquilos hijos, será un rato. Peor es que siguiéramos como antes”. La escena se desarrolla en la avenida 20 de Noviembre de la colonia Bienestar Social. Ya comenzó la obra en el puente colapsado y el drenaje azolvado.
El ruido es fuerte, molesto. La polvareda dispersada obliga a moverse del lugar. “Pero vale la pena”, dice la mamá de Daniel Ramos, el joven que encabezó al grupo de vecinos que durante tres años tocaron puertas diversas para buscar solución al añejo problema.
Ya lo había adelantado. “Nadie movió un dedo por esta obra. Que nadie se vaya a lucir con sombrero ajeno”. Y para remachar su aseveración, imprimió una lona y la colgó en el lugar.
El segundo viaje de piedra llega. Más ruido, más polvo, pero más alegría de saber que en unos tres meses la calle estará transitable y las aguas negras ya no saldrán dentro de sus casas.
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
.jpeg)
Comprometidos con la verdad, listos para ser oídos, ojos y boca de la sociedad. Espacio para señalar lo malo y reconocer lo bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario