PERSONAJE / Laurel por 35 y 48 años de servicio

• Florencio Villalobos, mejor conocido como “Pajarito”, ha encapsulado miles de historias  como fotógrafo. Gilberto González Araujo, ha sido redactor de Actas de Cabildo desde 1950 en el Ayuntamiento capitalino.

A sus 68 años de edad, su pulso es firme para tomar fotos: Éstas no le salen movidas. Durante 48 años ha encapsulado historias, muchas oficiales. En sus inicios hacía felices a padres e hijos con fotos de “Caballito”. El es Florencio Villalobos, mejor conocido como “Pajarito”. Fue reconocido con justicia. Junto a él, su compañero de batallas, Gilberto González Araujo, con 87 años de edad y 35 de servicio en el Ayuntamiento como redactor de actas de Cabildo, recibió también el “laurel”.

“Tengo miedo que al recibir este reconocimiento me vaya a morir. No me vayan a estar ahuizoteando”, dice con una sonrisa tímida el hombre delgado y de estatura baja. Al sostener emocionado entre sus manos el diploma enmarcado, Florencio tiembla mientras sostiene el micrófono y dice: “A mis compañeros fotógrafos y reporteros, si quieren llegar a la cima deben esforzarse y sacrificarse”.

Todos sonríen y chiflan imitando cantos de pájaros, en alusión al mote de Florencio, mejor conocido como “El Pajarito”. “Es que cuando tomaba fotos a los niños en el Parque de Tapachula, les decía mira al pajarito, va salir el pajarito”. También imitaba el canto de las aves, cuenta el laureado. 

Don Florencio Villalobos nació el 16 de septiembre de 1950, en Tehuantepec, Oaxaca. Desde niño se mudó a Tapachula, Chiapas, donde siendo joven comenzó a encapsular imágenes instantáneas en el Parque Miguel Hidalgo, con un caballito de madera y traje de charro para los niños.

Como fotógrafo oficial ha cubierto a 11 gobernadores, interinos, sustitutos y candidaturas políticas, desde la época del General Absalón Castellanos Domínguez hasta el actual mandatario estatal, Manuel Velasco Coello.

Comenzó con una cámara de rollo de 35 milímetros y ahora tiene conocimientos en la perfección de las imágenes en la computadora.

Cuando el huracán Stan, en 2005, don Florencio utilizó la primera cámara digital en Chiapas, una Mavika que usaba tarjetas grandes que le cabían seis imágenes, recuerda.

A don Florencio se le caracteriza por llevar siempre un monopié, selfie stick, lentes y teleobjetivos, incluso una cámara fotográfica de repuesto. En su pequeña oficina del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, tiene sus gavetas llenas de memorias, pilas recargables, pañuelos y cepillos especiales para la limpieza de sus equipos, y una computadora.

Aunque sus pasos no tienen la misma fortaleza que en su juventud, don Florencio continúa haciendo fotografías con la misma pasión que cuando descubrió su gusto por este oficio; y así seguirá “hasta que Dios nos preste vida”, reflexiona.

Embajador de la taquigrafía

Don Gilberto González Araujo tiene 87 años de edad. “Espero llegar a los 90, primero Dios, y si alguno de ustedes repite aquí nos vemos”, les dice a los regidores que sonríen.

Don Gil procreó un hijo y éste como su padre,  sólo tuvo a un vástago también. Entró a trabajar al Ayuntamiento en enero de 1983, siendo alcalde Noé Camacho Camacho, cuando las sesiones de Cabildo se resolvían con cuatro regidores, un secretario general, un síndico y el presidente municipal.

Como hasta hoy, elaboraba en taquigrafía las Actas de Cabildo para después transcribirlas en la antigua máquina de escribir.

A don Gil le ha encantado siempre ser secretario y escribir en taquigrafía, por eso el exgobernador Francisco J. Grajales lo llevó a trabajar con él muchos años a la Ciudad de México, cuando fue Comandante de la XVI Zona Militar, Director del Colegio Militar y Director de la Escuela Superior de Guerra.

Después de ese ajetreo foráneo, don Gil ingresó a trabajar al Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, cuando el palacio municipal estrenaba su ubicación actual, aunque en ese entonces, dice, parecía un edificio solariego con corredores, pilares y pérgolas.

Durante sus 35 años de servicio en el Ayuntamiento, don Gil ha sido testigo de la modificación del cuerpo edilicio, desde que era conformado por cuatro, ocho y el actual con 14 regidores.

Ha escrito miles de Órdenes del Día, Acuerdos y Actas en taquigrafía en el transcurso de 18 presidentes municipales, desde aquellos que duraron el trienio completo hasta los que han sido ediles por un día.

Descubrió su talento en la Escuela Prevocacional donde recibía clases de taquigrafía y de escritura en máquinas mecánicas de escribir, y no le buscó más, recuerda, de tal manera que se pasaba en la oficina hasta deshoras de la noche cumpliendo con su trabajo.

Don Gilberto González Araujo continúa escribiendo las Actas de Cabildo con su técnica peculiar que transcribe después a computadora. Tiene ocho años jubilado y sigue trabajando con mucha pasión.