Dijo que intentaron violarla y secuestrarla. No fue así. Al final dijo que era violencia familiar y envió a su pareja a La Popular.
Se llama Ana. Debería llamarse “Pinocha”. La noche de este lunes movilizó a la policía con una mentira y sin embargo se salió con la suya. Casi le salía todo como lo deseaba. Al final los policías recapacitaron y se libraron del ardid femenino.
La alarma se activó luego que la mujer llamara insistentemente al 911. Vía telefónica aseguraba que habían intentado violarla. “Llevo solo brasier. Me quitaron la blusa”, dijo en su primer reporte. El operador del C4i le pidió permanecer en la línea mientras pedía auxilio lo más pronto posible.
Un motopatrullero que circulaba sobre el libramiento Norte fue el primero que atendió el llamado de auxilio.
La mujer seguía hablando por teléfono al 911. Se oía jadeante por la carrera. No parecía broma. “Intentan secuestrarme”, agregó, lo que alertó aún más al operador.
El policía aceleró. Al llegar al lugar, en efecto estaba la mujer. Dijo llamarse Ana “N”, de 37 años. No estaba semidesnuda; vestía pantalón y sudadera. No habían intentado abusar de ella, tampoco secuestrarla.
El hombre que la perseguía era su pareja. Ella estaba ebria, él con aliento alcohólico. “Deténganlo por violencia familiar”, dijo. Y los policías accedieron. Cuando ya lo llevaban, la mujer agregó: “Solo quiero que lo lleven por falta administrativa, a La Popular”. Los policías accedieron de nuevo.
Ana, al ver que los policías la consentían, pidió que la llevaran a su casa. Hasta ahí prevaleció su “victoria”. Los elementos despertaron y se dieron cuenta de su ardid. No la llevaron. Capaz y los acusaba de violación o robo.
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