El hombre se agacha y se jala de los cabellos. Quisiera darle su cabeza en la mitad de la pared de la casa construida con block. "Merezco eso y más", piensa para sí. Cómo quisiera volver el tiempo atrás para enmendar los yerros cometidos, pero no puede.
El hombre mira la pared, mitad de block y mitad de madera. La pobreza se respira por doquier en la pequeña pieza habitacional. El joven gana poco. Trabaja en Arnecom. Su sueldo no pasa de los mil 200 pesos semanales, descontando pasaje y comida, le queda muy poco para sobrevivir junto con su familia (una esposa y un hijo pequeño).
Nadie en su sano juicio, con esa situación, pensaría en tener una carga económica adicional. Pero el corazón le hizo una mala jugada a este joven y en sus noches de desvelo, mientras armaba la piezas de un producto, también armaba una nueva relación con una compañera de trabajo, joven, hermosa y pobre también.
La joven mujer soñaba con tener lo que nunca por sus limitaciones económicas podría conseguir: un celular Iphone 11. Pero el joven apasionado, para complacer a su "novia", no dudó en hacer su sueño realidad.
Al llegar a casa, en la colonia Patria Nueva, empeñó parte de sus electrodomésticos y una televisión para realizar el pago inicial del soñado celular, el cual sacó en pagos en Coppel. el problema vino después. Al recibir el regalo, la joven amante terminó con él y renunció en la maquiladora antes mencionada.
Para colmo, la acción fue muy notoria en casa y la esposa del atolondrado joven se enteró. Y decidió divorciarse y le pide la respectiva pensión alimenticia. Ahora el joven tendrá que pagar un equipo -que no disfrutó- por los siguientes 36 meses. Así quién no va querer darle su cabeza en la pared.
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