TUXTLA / Mecánico hojalatero se robó el auto de su esposa

• Samuel Joaquín se cambió de domicilio y no aparece. Contactado vía telefónica no da su nueva dirección con el argumento infantil de que no lo sabe.

Confiado porque le había trabajado bien un año antes, le dio un auto para arreglarlo y dinero en efectivo. El auto es de su esposa y ahora está en aprietos. El dueño del taller se cambió de domicilio y no aparece. Contactado vía telefónica no da su nueva dirección con el argumento infantil de que no lo sabe. Por eso la demanda ante la FGE no ha prosperado.

El Vochito modelo 1973, placas J25AWW de la Ciudad de México, propiedad de su esposa, estaba bonito, pero él quiso dejarlo mejor. Así que lo llevó al taller ubicado en la 14ª. Sur entre 3ª. y 4ª. Poniente. Cuando quiso ver cómo iba el avance de su carro, se percató que el taller ya no estaba. Era rentado.

Vía telefónica contactó al mecánico hojalatero para que le devolviera su auto. Y éste le daba largas. Así transcurrió año y medio. El agraviado presentó su demanda formal por el delito de abuso de confianza y los que resulten ante la Fiscalía General del Estado. Lamentablemente al no tener un domicilio, Samuel Joaquín no ha podido ser notificado.

Cuando el agraviado le pidió por teléfono su nueva dirección, infantilmente la respuesta fue “no me la sé”, “no tengo taller, me presta espacio un amigo, pero no me sé la dirección. Te la doy en la noche”. Y la noche se alargó, pues aún no da el domicilio nuevo. Así que el agraviado está haciendo labor de investigación para dar con el paradero de quien se llevó el auto de su esposa. “Me robó un cascarón de un Vocho, el Vocho verde... tapetes nuevos, tapas de Vocho nuevas, nueve mil pesos más que se le dio para mano de obra”, dijo.

En las capturas de pantalla de las conversaciones telefónicas, Samuel Joaquín A.H insiste que no se niega a pagar, pero no dice cuándo y ni siquiera da su dirección. Miente desde que en su perfil de Facebook dice que vive en “Mazatlán Sinaloa”.

Astutamente ofrece al agraviado un correo donde le notifiquen la demanda “es igual”, dice. Y pretexta que no puede pagar por falta de dinero. “Soy pobre, si tuviera el montón de billete ya te hubiera pagado… me fue mal”, dice.

El agraviado pide que la ciudadanía tenga cuidado con Samuel Joaquín, para no ser sorprendidos. “Y si lo ven avísenme por favor”, suplica.