TUXTLA / “MAESTRA VEMOS, MAÑAS NO SABEMOS”

Los compañeros maestros, los alumnos de Lucina y los padres de familia no lo pueden creer. “Parecía buena gente. Y daba clases en dos escuelas. Tenía dinero, no había necesidad de que robara. Ay Dios, maestra vemos, mañas no sabemos”, exclaman. Y prometen estar más alertas, porque por ahí cualquier maestro o maestra puede salir con otra sorpresita.

Los comentarios en redes sociales son abundantes y con índice de fuego señalan a Lucina del Carmen. Es que muchos subieron la foto sin censura. Si bien no ha sido vinculada a proceso mucho menos sentenciada, son varios quienes la acusan tras la publicación de un comunicado de la Fiscalía General del Estado. La mujer y dos hombres fueron acusados de robo con violencia en una tienda Oxxo del fraccionamiento Buenos Aires, en Tuxtla Gutiérrez.

En el Cobach 145 están en shock emocional. Directivos, maestros y alumnos, no pueden creer que la profesora Lucina del Carmen estuviera metida en líos con la ley. “La maestra daba clases de Lectura y Redacción”, dicen los alumnos desconcertados. Lo que les parecía raro es que siempre daba clases virtuales desde su auto, nunca en su casa. “Seguro andaba monitoreando a su víctimas”, consideran los que especulan.

Pero además la docente daba clases en la Universidad del Sur y según los comentarios, también en la UVG. Es decir, tenía varios ingresos. Por eso la mayoría se desconcierta y exclama: “No tenía necesidad de robar”.

Lo que muchos ignoran es que el corazón humano es engañoso, más que todas las cosas. Y que por más dinero que alguien tenga, el vacío interior sigue sin ser llenado y se busca emociones, adrenalina como sustituto.

Por el momento en las escuelas donde impartía clases, buscarán su relevo. Los padres espantados, prometen tener cuidado con los maestros y maestras. “En el Cobach 145 se llevaron una niña hace un tiempo, creo fue secuestro para trata, para prostituirla”, dicen. Y temen que la profesora haya tenido que ver en otros ilícitos. “Quien comienza a descender a los abismos de la maldad, no toca fondo”, dicen.

Y concluyen: “Maestras vemos, mañas no sabemos”.