TUXTLA / ¿Y la cruz, maestro...?

Feliz día de la Santa Cruz o del Albañil.

Sus manos callosas arman una modesta cruz, la forra con papel crepé de color naranja y la coloca entre las varillas de la pequeña construcción. Se quita el sombrero y hace reverencia. El es Austreberto, un albañil de 55 años. Hoy 3 de mayo es el Día de la Santa Cruz o del Albañil.

El desayuno fue austero, frugal. Acompañado de un sorbo de agua ya tibia por el fuerte sol. Quizá, sólo tal vez, en la tarde el patrón se ponga "guapo" y dispare el pollo asado y un refresco bien frío, dice esperanzado Austreberto.

En 35 años de albañil, ha vivido de todo. "Empecé a peonear a los 14, mi papá era albañil. A los 20 años me casé y mi primera obra fue la tumba de mi suegro", dice triste.

Austreberto ha gozado las mieles de buenos sueldos trabajando en hoteles de lujos de Cancún. Pero también ha pasado mucho tiempo sin trabajo o "agarrando chambitas pinchurrientas".

"Dios me ha librado. Hace poco caí del andamio. De seis metros de alto. No me pasó nada. Creí que iba a morir o quedar lisiado", dice con la voz quebrada por la emoción.

Uno de sus ojos ya perdió visión. Estaba cincelando concreto para meter un castillo cuando un trozo de cemento le hirió en el ojo derecho. También ha cometido el error de hacer mal sus cuentas en alguna obra. "Por querer ganar la obra doy un precio bajo en la contrata y luego acabo como la gallina, poniendo. Ya no gano y hasta acabo pagando a la gente de mi bolsa. Es que no tuve escuela", dice. Pero entiende de planos.

Como Austreberto, miles de constructores celebraron en México su día. México es un país que destaca por sus tradiciones religiosas. Una de ellas, se celebra el 3 de mayo, pero siempre surge una disyuntiva entre si se le llama el Día de la Santa Cruz o el Día del Albañil.

Su instauración data al año 326 en Jerusalén. Ahí, la emperatriz Helena de Constantinopla ordenó que se realice una excavación en el Monte Calvario, lugar donde Cristo fue crucificado un par de siglos atrás. En aquel sitio, la mujer ordenó que se coloquen tres cruces por tres hombres que habían muerto recientemente.

Sorpresa fue la de ellos cuando se supo que uno de ellos resucitó y así, la emperatriz aseguró que habían encontrado el lugar en que Jesús había muerto. Pero, ¿en qué se relaciona esta historia con el del Día del Albañil? Los hombres a quienes encomendó la labor de excavar la zona eran albañiles

Desde entonces, ambas fiestas se conmemoran el mismo día en el país. Por ello, es común cómo los albañiles suelen colocar una cruz de madera adornada con flores y listones en construcciones en obra negra. Además, se tiene la creencia que los patrones deben ofrecer una buena comida en esta fecha a sus trabajadores, sino la obra está condenada al derrumbe.

Además, la fiesta no es exclusiva de México, también se conmemora en otros países de habla hispana como España, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Trinidad y Tobago, Argentina, Colombia, Venezuela y el mismo Perú. Sin duda, una forma singular de celebrar a estos dedicados trabajadores de la construcción.

Fray Pedro de Gante habría sido uno de los principales incitadores para que la festividad recibiera ese nombre y se mantuviera como una señal de respeto al tomar el símbolo de la cruz como la imagen para conmemorar la fecha tan importante.

Lo que sí es cierto es que inspirado en la cruz de Jesús, George Bennard, en 1913 compuso este canto.

En El Monte Calvario

En el monte calvario

Estaba una cruz

Emblema de afrenta y dolor

Más yo amo esa cruz

Do murió mi Jesús

Por salvar al más vil pecador

Oh yo siempre amaré esa cruz

En sus triunfos mi gloria será

Y algún día en vez de una cruz

Mi corona Jesús me dará.

Y aunque el mundo

Desprecie la cruz de Jesús

Para mi tiene suma atracción

Pues en ella llevó

El Cordero de Dios

De mi alma la condenación

Oh yo siempre amaré esa cruz

En sus triunfos mi gloria será

Y algún día en vez de una cruz

Mi corona Jesús me dará.

Por eso es que la parte espiritual no puede pasar por alto este día. Y la parroquia de Santa Cruz, en Terán, es parada obligatoria para muchos.

Unos llegaron para agradecer, otros para pedir. La mayoría de los congregados eran albañiles que llegaron con su cruz de madera, multicolor. Salieron con una sonrisa y su hoja de espadaña tras el momento de reflexión

“La cruz era sinónimo de dolor, vergüenza y muerte. Ahora tras la muerte y resurrección de Jesús, es símbolo de victoria, salvación y vida”, ha dicho el párroco.

A la iglesia ubicada en la 2a Oriente y 1a Norte de Terán, llegan albañiles y sus familias, con sus cruces de madera, a pedir bendición para sus obras.