CHIAPAS / El viacrucis para migrantes empeoró

Taxistas aprovechan la ocasión cobrando cifras estratosféricas por el servicio.

El viacrucis que migrantes padecían por salir de casa en busca del sueño americano, se ha tornado más complicado, más doloroso, más sufrido.

Algunos mandos del Instituto Nacional de Migración y otros están aprovechando la coyuntura provocando angustia y dolor a las personas, e incluso familias de migrantes, que están siendo separadas al ser asegurados, mal llamados rescates. Los operativos han arreciado y continuarán en Chiapas.

Melissa llora, se encuentra afuera de la estación migratoria Cupapé, en Tuxtla Gutiérrez. Lleva tres días con sus noches afuera, esperando a su hija Karina. Son de Honduras. Ambas fueron aseguradas cuando caminaban de Arriaga hacia Tapachula. Como ellas, cientos, miles están siendo asegurados y trasladados a Tuxtla Gutiérrez.

Ya no hay deportaciones migratorias como antes, quizá para cuidar el recurso público que se erogaba en los traslados, pues implicaba transporte y alimentación para ello. Hoy son llevados a la estación migratoria Cupapé o La Mosca, eso sí cuidando la separación de las familias: los hombres a la instalación de La Mosca, las mujeres y niños a los albergues.

"Eso está bien", coinciden algunos, lo malo es que al separar a las familias no los sacan en junto, salen separados. Algunos tres o cuatro días de diferencia y para volverse a encontrar la espera es desgastante emocional y económicamente.

Así lo están viviendo Melissa y Karina, así lo están viviendo decenas, cientos de familias que fueron separadas por los operativos que han arreciado en el tramo Arriaga - Tapachula, Arriaga Tuxtla Gutiérrez.

Dicen que Blanca "N" es quien coordina los operativos. La oriunda de Arriaga ha metido gente cercana a ella en el INM y los pone en los puntos estratégicos, donde a cambio de dinero pueden permitir a los migrantes seguir su camino.

Después de permanecer varios días en la estación migratoria El Cupapé, los migrantes son sacados a la calle y por su propio medio tienen que buscar cómo trasladarse a cualquier frontera, menos a la del norte. Pueden salir a cualquier país, menos hacia Estados Unidos.

Es complicado, les dan un documento con 10 días para abandonar el país por cualquier frontera, menos a Estados Unidos. Esto está generando mayor incertidumbre, mayor aflicción a los migrantes, pero también ganancias a vivales que están aprovechando la ocasión.

Tal es el caso de los taxistas que afuera de la estación migratoria esperan a las decenas y cientos de personas que salen cada noche del INM.

Los taxis de Tuxtla Gutiérrez están cobrando 200 pesos por persona para llevarlos a una terminal donde aborden su transporte que los dirija a alguna frontera. La mayoría elige Arriaga o Tapachula.

Algunos taxistas están lucrando con el dolor ajeno. Un servicio de taxi que debería costar 70 pesos por cuatro o 5 personas, ahora está costando 200 por persona; es decir, si lleva 5 gana 1000 pesos por un viaje de 70 pesos.

Incluso les ofrecen también el viaje hacia Arriaga por 3500 pesos. Estos taxistas dicen estar amparados por "la gorda de Arriaga", así se refieren para decir que tienen el aval de un mando importante del Instituto Nacional de Migración. Pasan cuota.

Los migrantes están padeciendo, dicen, trato inhumano. Ahora ya no les dan el alimento como antes, las estaciones migratorias están saturadas, hay hacinamiento de personas con los sufrimientos que ello implica. Al quedar libres se los ve en los topes pidiendo una moneda para segur su camino. El viacrucis empeoró.