La familia no quiso que el cuerpo fuera llevado al SEMEFO y aceptó que fue un su1cid2o.
La familia no quiso que el cuerpo fuera llevado al SEMEFO para hacerle la necropsia de ley, no quisieron que investigaran, aceptaron que la decisión fatal la tomó Clever Alberto. Compraron un ataúd y llevaron su cuerpo a casa, para velarlo y darle cristiana sepultura; lo encontraron a la orilla del río, colgando de un árbol.
Algunas personas lo vieron sentado sobre la piedras del río, a la altura de la Escuela Secundaria Técnica número 33. No sospecharon nada, pues mucha gente llega al lugar para bañarse, escuchar música o ingerir bebidas embriagantes.
La persona parecía estar meditando, triste, cabizbaja. Los autos, las mototaxis, peatones y personas montadas a caballo circulaban por el lugar, es un sitio transitado. Pero a la altura donde se encontraba Clever Alberto no habían personas bañándose, lo había elegido a propósito; quería estar lo más solo posible.
Fue más tarde que alguien notó un cuerpo que estaba colgado de una soga atada a la rama de un árbol. De inmediato dieron parte a la Policía Municipal, que acompañados de la Policía Estatal y de personal de Protección Civil arribaron al lugar, confirmando el macabro hallazgo.
Tras corroborarse que no contaba con signos vitales, los elementos a su vez hicieron el reporte al personal de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado, quienes acordonaron el área para iniciar con las pesquisas correspondientes.
La noticia llegó rápidamente a la familia de Clever Alberto, quienes al acudir al lugar y saber que lo llevarían para hacer la necropsia de ley e investigar si el deceso fue por decisión propia o hubo violencia, decidieron que no se hiciera.
No querían que su familiar fuera sometido a la autopsia, por lo que decidieron aceptar que fue un suicidio. Compraron un ataúd y se llevaron el cuerpo a casa.
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